viernes, 20 de enero de 2012

#. Sonreír cuando tienes ganas de llorar no es ser falso, es ser fuerte.

Me aturden los recuerdos, la paciencia se consume. La dureza empieza a dar muestras de debilidad, a la indiferencia poco a poco se le cae el disfraz, & las verdades empiezan a aflorar. Quizá tratemos de ocultarlo, pero una sola mirada, un silencio o una sonrisa robada, saca a la luz los secretos más inconfesables. Me acuerdo, me acuerdo de ese olor a menta, de las risas que me sentaban mal & que ahora tanto echo de menos, de los "me encantas". Echo de menos esas conversaciones con un matiz de indiferencia que se me clavaban en el alma, echo de menos tus manos enredadas en mi pelo, tus dedos & los míos, & tus labios traviesos. Los "lo siento" más que habituales, las miradas que decían tanto, incluso ese TANTO que resultó ser nada. Tu risa, tus riñas, tus "no puedo", tus escusas, mis ganas, las tuyas, los besos inexistentes, los escondites recónditos, los lugaren que nos vieron sin mirar, & ese ritmo tan lento que tú mismo ibas marcando. Te echo de menos. & es cierto, quizá mejor así: amigos con derecho a recordar. Quizá mejor dejar de buscar en motivos imposibles por los que sonreír.