miércoles, 13 de junio de 2012

Recuerda que estarás siempre aquí. Te quiero, abuelo.

Dime que cada día estoy más alta. Calcula de nuevo los días que llevo sin verte. Piquémonos otra vez a las cartas, esta vez prometo dejarte ganar. Enséñame a sumar, restar, multiplicar y dividir sin usar los dedos para ser la primera de la clase. Cuéntame tus anécdotas de nuevo, diez, veinte y treinta veces más, si hace falta. Ríete con mis chistes malos, finge que te gustan. Discutamos sobre política, vuelve a decir que lo único verdadero en la vida es amar. Repite eso de que la vida es tan solo una ilusión, que la verdadera gloria está en el cielo. Incítame a ser poetisa. Siéntete orgulloso de mí. Ríñeme porque no me como todas las sopas. Enfádate con los actores de los programas del corazón. Regálame una bolita de anís, de esos de los que siempre tenías rosas por ser mi color favorito. Llámame guapa hasta recién levantada. Dime que estoy hecha toda una moza. Emociónate con mi regalo de cumpleaños. Pasa otra nochevieja con nosotros. Recítame de nuevo los poemas que le escribías a abuela, descríbeme lo contenta que se ponía al leerlos. Promete otra vez que nunca amarás a nadie más que a ella. Halágame con tus piropos, dime que soy la mejor dibujante del mundo. Ríete con mis vestidos de carnaval. Repite que he nacido en una época privilegiada. Cuéntame de nuevo que fuiste el primero en tener radio del pueblo. Recuerda que fuiste un luchador y que te tienes ganado el cielo. Encuéntrame paseando y dime lo mucho que me quieres. Mírame con admiración. Cuchicheemos juntos al oído. Sonríe solo con mis tonterías... Vuelve. Solo eso, vuelve.