Fue todo tan rápido, me enamoré de ti en días, fue como firmar un contrato en el que no leí la letra pequeña que mencionaba la hostia que me iba a pegar. Me engañaste como si fuera una niñata ingenua. Pero al final me di cuenta que lo raro no era lo de los demás, de que a la gente si se la puede amar todo el tiempo, & no solo a ratos. Al final me di cuenta de que tú eres un arma blanca, mucho más dañina que ninguna de metal. Pero se acabó, esta vez de verdad. No me volveré a dejar engañar por alguien que ni siquiera entiende lo que es amar.