Somos pájaros, volamos libres desde el momento en que nos enamoramos. Nacemos enjaulados, no sabemos lo que se siente al volar hasta que no viene otro pájaro a abrirnos la puerta. Lo vemos como el pájaro más bello del mundo, siempre lo recordaremos, porque es el que nos abrió los ojos & nos enseñó lo bonito que es el mundo. Echamos a volar, al principio temerosos pero a medida que vamos aleteando, cogemos confianza. Además, tenemos a nuestro lado a alguien que nos guía, ¿qué puede salir mal? Ascendemos juntos, sin miedo, solo mirando hacia adelante & sin calcular los riesgos de una posible caida. Seguimos, seguimos subiendo; sentimos que flotamos en el aire & lo vemos todo perfecto. Peligrosamente perfecto. Hasta que ¡zas! el pájaro que nos dio la libertad se va. Entonces caemos en picado & nos estrellamos. Recuperarse siempre es difícil, pero nunca imposible. Por suerte hay más pájaros en el cielo que nos ayudan a remontar el vuelo, pájaros que nos hacen subir & subir de nuevo, nos enamoramos otra vez... para volver a caer. & luego subiremos, & caeremos... la vida es así. Las alas nunca se nos romperán, porque son mucho más resistentes que nuestros corazones. Siempre sacaremos fuerza de donde sea para volver a volar, ¡no podemos perder el tiempo! Que esta vida son dos días & ya vamos por el primero.