He estado algunos días con agujetas en la boca del estómago, y creo de verdad que son de llorar. Lloro de miedo a que no me vuelvas a llamar, o a que llames para decirme que es la última vez que me llamas. De miedo a que te despiertes una mañana temprano, o una noche de un sobresalto, o una tarde después de una siesta muy larga, habiendo decidido en sueños que se acabó todo esto. De miedo a que lo decidas en la vigilia. De miedo a echarte de menos ininterrumpidamente, a no verte nunca más, o a no dejar de echarte de menos ni cuando te tengo al lado porque, aún estando, no estés. De miedo incluso a que te mueras. De todos los miedos que lleva intrínseco querer.
No soy escritora. Soy simplemente un ser humano en busca de expresión. Escribo porque no puedo impedírmelo, porque es la vía de escape para todo aquello que resulta difícil sacar a la luz. Porque siento la necesidad de ello & porque esa es la única manera de comunicarme conmigo misma. La única manera.