miércoles, 25 de junio de 2014

#. Fue bonito mientras dolió.

Hoy es un día de esos... de los tristes. ¿Qué nos hemos hecho? Supongo que nunca podremos respondernos a eso. Yo le dije suspirando que el viento nunca podría con nosotros, y él, mientras tanto, pensaba en otros puertos. Tras esto, él me dijo que el viento nunca podría con nosotros, y yo, mientras tanto, estaba pensando en fugarme. Nuestro problema fue que nunca supimos ponernos de acuerdo, ahora tú, ahora yo, nunca supimos querernos al mismo tiempo, cuando uno luchaba el otro descansaba. Y así nos fue.
A veces, toda la vida no es suficiente.
Contábamos con enamorarnos, no con equivocarnos tanto. Tras todo esto, volví a verle, en el mismo lugar donde fuimos tan felices. Él me dijo que no lo olvidara y yo le dije que no se preocupara, ya lo había intentado. Y no se podía.

martes, 17 de junio de 2014

#. A los que juegan a perderte, déjales ganar.

Qué estarás haciendo ahora. A quién le darás los buenos días y a cuántas tus mejores noches. No estás, pero no te has ido y acabarás haciéndolo. Con quien sea. Con cualquier gilipollas que valdrá la alegría más que yo la pena. Alguna ilusa de esas que se creerá en la cima cada vez que te acaricie el pelo; que querrá dormir en tu ombligo como si su frente, acaso, encajase con tu cuerpo; que se bañará en tus piernas y se mojará en los lunares que nunca te conté y no por falta de tiempo, sino porque jamás pensé que éste nos faltaría.

domingo, 1 de junio de 2014

#. Me dabas razones para odiarte y para quererte, más todavía.

"Tendrías que matarme a besos,
y no a distancia".
Lo bonito es cuando tu ciudad es alguien. Mi problema es que no sé lo que quiero, y por el camino voy volviendo loca a la gente. (Y para una vez que lo sabía, te vas)
"Se busca cabrón, divertido y sin corazón". Y llegaste tú. Me siento como una yonki de las historias absurdas y las madrugadas. Me duele buscarte entre palabras, hablarle de ti a una triste red social, resignarme a provocarte sonrisas en la distancia, reconociendo que te echo de menos. Y saludarte y si acaso besarte una noche más. Y no poder dormir por tu culpa (y no por el motivo que me gustaría). Me duele la piel de no tocarte, y eso de no poder irme a donde estés (que ojalá fuera conmigo).