domingo, 23 de diciembre de 2012

#. Cómo demostrar que existo si yo misma olvido que estoy.

He reído sólo para hacer creer a la gente que soy feliz. He llorado hasta que se me agotasen las lágrimas. He perdonado lo imperdonable. He tenido a las mejores personas cerca. He querido como nadie lo hará jamás. He conseguido fuerzas de donde no las había. He hecho reír a la gente con mil tonterías. He tenido el valor de construir un futuro que jamás se cumplirá. Me he comportado como una niña pequeña sólo para que vieran que todavía hay algo inmaduro dentro de mí. He sido el pañuelo de lágrimas de aquellos que se han derrumbado. He parecido pero no he sido. He llamado por teléfono sólo para que se acordaran de que existo. Me he hecho la sorda sólo para no oír lo que no quería escuchar, y la ciega para no ver lo que dolía. He conocido al primer (des)amor. He tenido el coraje de decir lo que pienso. Me he tragado mi orgullo para no perder a personas importantes. Me he guardado cientos de lágrimas para hacer creer que soy fuerte. He tenido momentos de locura sólo para ver cómo la gente es feliz. Y hoy, he sido capaz de levantarme, mirar al frente y seguir adelante a pesar de todo.

jueves, 20 de diciembre de 2012

#. Echaste raíces en mí, no hay ni dios que te arranque.

Siempre fuiste el jueves en medio de mi vida. Aquella botella que curaba mis heridas a base de amor. Siempre fuiste el trago más dulce y el más amargo. Eras lo que quedaba del sol cuando se iba, la primera calada de cada mañana, y la última de cada noche. Las burbujas del refresco más refrescante. La Luna, el Sol, y todas las estrellas. Formabas parte de esa libertad que se siente al bailar cuando apetece. Fuiste mi imposible, mi talón de Aquiles, mi perdición. Fuiste aquella piedra por la que hubiese vuelto a caer mil veces más. Fuiste todo aquello que quise y que no he vuelto a querer. Fuiste todo aquello que volví a hacer. Eres todo lo que volvería a hacer.

viernes, 7 de diciembre de 2012

#. No es mucho pedir que entienda que ni yo misma me entiendo, y que no puede hacer que eso cambie.

—¿Por qué todo el mundo se empeña en ocultar lo que siente? Aunque digas que la odias, yo sé que la quieres.

—¿Yo?

—Sí. Se nota que la quieres por la manera en que la miras, el brillo que aparece en tus ojos cuando la tienes cerca y la sonrisa que te sale cuando ella se dirige a ti. Tiemblas cada vez que menciona tu nombre y cuando alguien dice algo bonito, tú siempre la miras como deseando decírselo a ella.

—¿Cómo sabes todo eso?

—Porque a mí me pasa lo mismo contigo.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

#. Que prefiero quererte a quererme sin ti.

¿Sabes qué? Vuelvo a ser feliz. No he dejado de quererte, para nada, aunque tampoco quiero dejar de hacerlo. No he conseguido olvidarte. ¿Para qué? ¿para qué olvidar la parte más feliz de mi vida? Ni siquiera he intentado mantenerte a distancia para no volver a caer, porque en realidad quiero. Quiero volver a caer en ti, una parte de mí necesita que juegues con ella. La otra, simplemente, quererte.

viernes, 30 de noviembre de 2012

#. Quería que supieras que darse por vencido es demasiado fácil para alguien como tú.

Búscame cuando notes que me echas de menos, cuando te mueras de ganas de tenerme. Búscame cuando no tengas a nadie que te diga que te quiere. Búscame cuando eches en falta las risas, las caricias que erizan la piel, las conversaciones sin rumbo, los abrazos en los malos momentos y las locuras. Búscame cuando necesites a alguien que te sorprenda, cuando te des cuenta de que nadie tiene esos detalles. Búscame cuando necesites que te digan lo especial que eres, o lo bonita que es tu sonrisa. Búscame cuando mires el móvil esperando una llamada que ya no llega, cuando salgas y sin darte cuenta me busques entre la gente, cuando inesperadamente alguien te toque la espalda y al girarte esperas que sea yo. Búscame cuando necesites cerillas para encender lo que se ha apagado, cuando mis ojos ya no te pidan guerra, cuando las discusiones sean aburridas y los días rutinarios. Búscame cuando las canciones carezcan de significado. Búscame cuando recuerdes los buenos momentos y te arrepientas.

sábado, 17 de noviembre de 2012

#. No importa cuánto lo intente, jamás seré capaz de mirarte y no sentir nada.

No te hace falta tener oídos, ni ojos, ni boca, ni manos, ni mente para creer una mentira. Sólo hace falta querer al mentiroso. Lo que veas, oigas, y te digan te da exactamente igual. Porque el corazón es el único órgano que actúa independientemente al resto, sólo se obedece a sí mismo. Y aunque se equivoque, siempre sigue latiendo...

#. Te quiero. Ni mucho ni poco, sino como yo sé.

Ella es razón, él es corazón. Él es blanco, ella es negro. Él es música que amansa a las fieras, ella rock que te  martillea los oídos. Ella es la humorista, él es un chiste malo inesperado. Ella es argumentos sólidos, él es una reacción poco común. Ella es ensalada, él es comida basura. Ella duerme, él sueña. Ella es aire acondicionado, él es brisa. Ella es viernes por la noche, él es domingo perezoso. Ella es saludo cordial cuando llega, él es achuchón al despedirse. Ella es paraguas, él lluvia. Ella respira, él suspira. Ella es chocolate, él es tabaco. Él es mapa, ella territorio desconocido. Ella es explicación lógica, él es una sinrazón. Ella es física, química y matemáticas, él es arte, poesía y escultura. Ella es sonrisa ladeada, él carcajada espontánea. Ella es mensaje electrónico, él canción escrita en un cuaderno. Ella es futuro, él es hoy y ahora. Ella es quien debería ser, él es quien sueña ser. Él es él. Ella es ella. Él no puede vivir sin ella. Ella no puede vivir sin él. Son el norte y el sur, el polo positivo y el negativo. Ya se sabe que quien te quiere no te cambia, te complementa. Ellos se necesitan, se atraen.

viernes, 9 de noviembre de 2012

#. Yo sí cumpliré lo que dije: estaré siempre ahí, incluso cuando ya no me necesites.

¿Cuántas veces extrañamos a alguien? ¿Y cuánto? ¿A caso existen suficientes metros cúbicos para medir todo eso? Hace tiempo alguien me enseñó que en la vida es inevitable perder a gente a la que queremos, se trata de un ciclo: gente que se va para dar paso a otra nueva. Ése alguien también mencionó que echar de menos a alguien no es fácil, y las personas, necesitamos diferentes fases, situaciones, para poder mirar hacia adelante y asimilar que esa persona no está y puede que no vuelva.
Negación. Tal y como indica la palabra esta es la fase en la que negamos que esa persona no está, la buscamos en cada rincón, en cada sitio donde solía estar, seguimos sus pasos, buscamos su voz, su sonrisa. Y cuando asimilamos que esa persona no está a nuestro lado, que tal vez se ha ido por un tiempo o tal vez para siempre, es cuando nuestra mente deja la negación a un lado para dar paso a la ira. La ira es el punto en el que te preguntas '¿por qué? ¿Por qué él y no yo? ¿Por qué yo y no él?'. Y asimilamos que ya no está, pero no queremos aceptarlo. Preferimos estar enfadados con el mundo y gritarle a quien sea en busca de una respuesta. Y puede que solo sean unas horas o puede que sean años, porque cada persona necesita su tiempo para decir adiós. Y tras todo esto, llega la fase de la depresión, la fase de aislamiento y soledad en el que tu corazón se da cuenta de que por mucho que lo busques, esa persona, está dentro de ti, muy dentro y te duele quererle. Pero es que a veces sucede que las cosas se acaban. Y ahí nos damos cuenta de todo aquello que no hemos podido hacer junto a esa persona, y comienza la siguiente fase: la negociación. Aquí es cuando decides repartir entre los demás un poquito de esa persona y el resto te lo guardas para ti, y piensas en lo que le hubiese gustado hacer, todos sus sueños, todas sus metas. Y te das cuenta de que cada cosa que haces la vives también por él. Lo más curioso de esta fase es que tal vez al final de tus días, lleves más de veinte vidas por las que vivir. Y ahora sí. Llega la fase con la que todo se termina: la aceptación. Aquí es cuando, libremente y sin ninguna atadura, puedes decir: 'Te extraño. Así. A voz bajita, y a latidos altos'. Ahora es cuando esa persona está contigo, cuando realmente te sientes feliz al recordarlo.

#. Si fue feliz quien os tuvo en la tierra, ¿quién no ha de serlo teniéndoos allá en el cielo?

No estoy sola cada día cuando despierto, vosotros estáis ahí, os miro y me sonreís. Si yo estoy débil o agobiada, vosotros estáis detrás de mí, os miro y me sonreís. Cuando tengo un mal día corro a casa y llorando entro en el salón, vosotros estáis dentro, os miro y me sonreís. Otras veces antes de dormir os cuento cosas, os digo lo mucho que os quiero y vosotros no habláis, únicamente os miro y me sonreís.
Yo haga lo que haga, siempre que os miro me sonreís, por eso me gusta miraos. Hay días que me paso un montón de tiempo mirando vuestra sonrisa para ver si se borra, pero nunca lo hace.
Cuando más lo necesito, intento tocar vuestro rostro, y cada vez que lo hago una fina lágrima cae y ensucia el cristal del marco, entonces cojo vuestra foto, la dejo la mesita del salón y me voy, porque sé que así cuando vuelva a entrar, vosotros estaréis ahí, os miraré y me sonreiréis.

domingo, 21 de octubre de 2012

#. Ese momento en el que dices: 'me falta algo', y te das cuenta de que en realidad no es algo, es alguien.

Abro los ojos. Veo, sí, pero no observo. Inspiro. Percibo un olor, sí, pero no sabría concretar cuál es. Deslizo mi mano manta abajo. Sé de su presencia, sí, pero no alcanzaría a definir con exactitud su tacto. Pruebo el último trozo de tarta. Noto el camino que sigue hacia mi estómago, sí, pero no capto sabor alguno. Intento apreciar algún sonido. Oigo, sí, pero no escucho. Alguien dijo alguna vez eso de: "Pienso, luego existo". Yo lo modifico a: "Siento, luego existo". Yo no siento, por tanto, no existo. Dicen que se supera. A mí en realidad me basta con superar un día entero sin derrumbarme. Dicen que en estos momentos es cuando te das cuenta de la importancia del apoyo de tus amigos. ¡A mí de qué me sirven si ya no estás conmigo para disfrutar con ellos! Dicen que la vida sigue. A mí, sinceramente no me convencen. ¡Cómo voy a seguir con mi vida, si mi vida eras tú!

martes, 16 de octubre de 2012

#. Solo cuando su boca me nombra, yo quiero ser yo.

Quédate con el que te haga sentir como una princesa, sin necesidad de llevar corona. Quédate con la persona que sonría al pronunciar tu nombre. Quédate con el que sepa estar sin ti pero prefiera estar contigo. Quédate con el que prefiera estar un sábado en tu casa contigo que de fiesta con sus amigos. Quédate con quien haga lo posible por verte, aunque haga solo dos horas desde la última vez. Quédate con quien se presente de noche en tu casa porque no podía aguantar hasta el día siguiente por verte. Quédate con el que te de las buenas noches, los buenos días, la buena vida. Quédate con quien te diga las cosas malas a ti, y las buenas a los demás. Quédate con quien decida quedarse contigo aún teniendo mejores cosas que hacer. Quédate con quien se mueva a cámara lenta solo por hacerte reír. Quédate con el que se invente motes tontos para vosotros. Quédate con el que te robó el corazón hace años y te diga que nunca lo devolverá a su lugar. Quédate con quien te haga caso aunque juegue su equipo. Quédate con quien siempre tiene tiempo para ti. Quédate con quien te anime en tus momentos malos, con quien no te de la espalda cuando lo estás pasando mal. Quédate con el que sepa dónde está el botón 'on' de tu risa y el momento justo en el que hay que pulsarlo para evitar que todo a tu alrededor se desmorone. Quédate con quien te eche de menos y no te lo diga, pero te lo haga sentir. Quédate con el que no grite que te quiere a los cuatro vientos, pero te lo haga saber siempre a ti, demostrándotelo a cada momento. Quédate con el que esté contigo cuando lo necesitas, y cuando no también. Quédate con el que haga que no puedas estar enfadada con él y con el resto del mundo cuando te mira con esa cara. Quédate con el que ame cada uno de tus pestañeos. Quédate con quien se ponga nervioso al recordarte. Quédate con el que se quede a pesar de lo que digan. Quédate con el que haga que te sientas la única.

jueves, 11 de octubre de 2012

#. No sé qué puedo ser si tú no eres, ni sé qué quiero ser si no estás tú.

Juguemos a que no me importas una mierda. Echémosle un pulso al dolor que me causa verte con ella. Pararse a pensar si de verdad mereces la pena. Valorar si sigues siendo esa persona que un día quise a morir. Hagamos como que yo nunca te dije que te quería. Finjamos que tú jamas me hiciste llorar. Quitar tu risa del tono del despertador. Olvidar a qué sabía tu voz los lunes por la mañana. Escondamos en un cajón el tango de tus manos. Desterremos tu olor lejos de la cordura. Perder de vista tu caminar. Volver la cabeza si me llamas. No nos permitamos una recaída más. Aprendamos a ser fuertes. Creemos un escenario en el que tú no seas el artista principal. Viajemos en cometa a donde no está escrito. Aceptar que nunca seremos más que esto. Retirarme a un lado ahora que estoy a tiempo & tú me lo pones fácil. Como diría el poeta, todas estas cosas serían mi imposible. & olvidarme de él, el más difícil todavía. O no.

lunes, 8 de octubre de 2012

#. Me gustan mis errores, no pienso renunciar a la deliciosa libertad de equivocarme.

No te miento si te digo que me gustaría olvidarlo, que hace días que navego a la deriva en un mar de recuerdos. No te mienten si te dicen que me han visto llorar, que he dibujado en mi cara sonrisas forzadas para ocultar eso que dejaste en mí, si te cuentan que has pasado de ser mi tema de conversación a que no deje a nadie pronunciar tu nombre. No te miento si te digo que me parece que yo tengo la culpa, que no supe ver lo que perdería sino me decidía pronto, que dejé que mi cabeza tomara el control. No te mienten si te dicen que me cuesta cada vez más levantarme, que de pronto me quedo callada, o que de entre el silencio brota una lágrima. No te miento si te digo que no me gusta la gente que se arrepiente por algo que intentó & no salió bien, porque yo me arrepiento tremendamente de no haberme arriesgado a saber lo que podría haber sido, si te digo que daría lo que fuera por volver atrás & contestar la pregunta que tanto miedo me dio escuchar. No te mienten si te dicen que poca gente sabe realmente que eres tú del que estoy hablando, porque algo dentro de mí, quiso ocultar tu nombre, porque sabía lo que iba a pasar. No te miento si te digo que no te he olvidado, que algo dentro de mí te sigue queriendo, pero te mentiría si te dijera que no voy a intentar de todas las maneras posibles salir de aquí, volver a sonreír, & la próxima vez, no volveré a pensar las cosas dos veces.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

#. Y cuando llegue el momento en el que te acuestes, y puedas pensar en nosotros... recuerda que yo sí te quise.

Quién me mandaría. ¿Por qué narices tuve que convencerte para que te fueras con ella, joder? Gracias a mí ahora estáis más unidos que nunca. Y vendrás con una sonrisa en la cara a agradecerme mis consejos, me contarás con ese brillo en los ojos lo bien que lo habéis pasado. Y yo sólo podré asentir y ocultar como pueda que cada palabra suya en tus labios es como un cuchillo clavándose en mí. Y en cuanto pueda, pondré una escusa, la que sea, con tal de poder encerrarme en cualquier sitio donde tú no me alcances y llorar. Llorar por ser tan tonta, por tener la jodida certeza de que tú no pasas por lo mismo que estoy sintiendo yo. Que cuando te cuento que lo he visto, que me ha llamado, me ha saludado y me ha invitado a salir, no se te forma un nudo en la garganta. Que ya no sé si me estoy amarrando a él para evitar pensar que tú estás con ella o no paro de pensar en las cosas buenas que tienes para que no me afecten cada vez más... Que sólo sé una cosa. Si me pides que me vaya contigo a África, lo tengo más que claro. Cogería un taxi ahora mismo hacia el aeropuerto. No me haría falta ninguna maldita maleta donde guardar esas cosas materiales que a tu lado no tienen sentido. Que te quiero, joder, que te amo.

lunes, 17 de septiembre de 2012

#. Cada vez es más fácil tener sexo y más difícil enamorarse.

"Cómo me gustaría que el mundo volviera a ser cursi. Que la humanidad recuperara el sentido romántico de la vida y junto con él, la tradición de los noviazgos largos, las serenatas, las cartitas perfumadas, los apretones de manos entre las rejas de los balcones. Cómo me gustaría vivir en un mundo más discreto y decente, donde el amor fuera una necesidad del alma y no un capricho del culo. Pero qué le vamos a hacer; me tocó vivir en una época insensible, deshumanizada, obscena, en la que nadie respeta ya los sentimientos del prójimo".

miércoles, 29 de agosto de 2012

#. Prefiero que me odies al extremo, a que olvides sin esfuerzo mi existencia.

Y quizá trepar por un tejado sea lo más cuerdo que podríamos hacer (juntos) ahora que tú ya no mueres por mí, y yo ya no vivo por verte.

#. Porque te prometí que no olvidaría lo que significaba la palabra amor, y aquí me tienes aún, recordándolo.


Querida yo, no tengas miedo. Yo confío en ti, siempre confiaré en ti, no lo dudes en ningún momento, no tengas miedo a lanzarte así, de repente, sin pensarlo, no tengas miedo a hacerle daño o que él te lo haga. No te sentirás agobiada a su lado &, ¿quieres que te lo demuestre? Cada vez que le miras te pones nerviosa & siento como te late el corazón, deprisa. Todos los días piensas en él sin saber por qué, lo tienes en la cabeza clavado, no puedes sacártelo por más que quieras, ansías estar a su lado... & nada de esto es malo. Al contrario, es muy bonito, es lo mejor que le puede pasar a una persona, & aunque lo niegues & no quieras aceptarlo: estás enamorada de él. Sí, enamorada, & eso no es ningún error. No cierres la puerta que se ha abierto en tu corazón, tienes que dejarla abierta, arriésgate & no te arrepentirás. No empezarás a rayarte por nada, no digas que tienes miedo a pillarte por él, porque ya lo estás. Así que arriésgate a quererlo, incluso un poco más de lo que lo haces ahora.

lunes, 27 de agosto de 2012

#. Nadie sabe lo que tiene hasta que le duele.

Lleva tiempo sin aparecer. Lo que solíamos encontrar a la primera, se esconde ahora para que nadie lo vea. En este momento ocurre. Miras en mi dirección sin verme realmente, evitas mis ojos... ¿qué esperas leer en ellos? ¿Que te sigo queriendo o que te olvidé ya? ¿Resentimiento o perdón? ¿Que te echo de menos? ¿A caso temes darte cuenta de que también tú me echas en falta? Lo que es seguro es que tienes miedo de sufrir. Será que te conozco demasiado bien. Esa fue nuestra perdición. La nuestra & la de aquel rayo de sol que un día poseímos. ¿Sabes? A veces creo atisbarlo al doblar una esquina, creo ver tu risa, creo oír tus ojos chispear. Pero otras veces me doy cuenta de que, realmente, ha dejado de hacerme daño.

#. Escupimos palabras y nos tragamos sentimientos.


La última vez que estuve aquí, todo parecía mucho más grande. ¿No te pasa a veces, que vuelves a un sitio al que hace años que no vas, & recuerdas que aquello para ti era gigantesco? En ocasiones quisiera volver a sentirme minúscula al pensar que de mayor haría esto o aquello & tener todavía las ganas para hacerlo realidad. Quiero ser & sentir lo que era antes de ti. ¡Ah, el amor! Para esas princesas que tanto te gustaban todo era perfecto, no había complicación ninguna. Él la quería, ella también, & si bien no todo iba sobre ruedas, siempre acabas sobornando a base de miradas de súplica a tu madre, que arreglaba el cuento para que el final fuera feliz. 'Qué daño le puede hacer', pensaría ella. Ninguno, simplemente te acostumbraste al "& fueron felices para siempre", aunque primero tuvieran que pelear por lo que sentían. Hoy tú te has cansado de luchar, quizá por no encontrar ninguna solución. Estas harta de nadar a contracorriente, así que ahora te dejarás llevar & atracar en la orilla que sea. Es duro esto de crecer & caer en la cuenta de que no, estonunca fue fácil & no tiene por qué ser la tuya la excepción.

#. ¿Que de qué tengo miedo? De ti. En fin... de mí sin ti.

Te necesito. Necesito esas manos que me sé de memoria, necesito ese remolino en tu pelo. Necesito tu risa, que me mires con los ojos chispeantes & me digas que estoy fatal de la cabeza. Necesito que tu mirada tranquila se pose en mis ojos & de ahí a mi boca & me aturda. Necesito tus bromas, tu alegría de vivir. Necesito cada gesto tuyo, porque cada pequeño detalle es algo que te distingue & te hace especial. Necesito que me cojas & me abraces como nunca antes hiciste. Necesito, cada vez con más frecuencia, estar a cinco centímetros de tu boca. Necesito volver a ver otra vez cómo te quedaba aquel pantalón, el que llevabas la última vez que te vi. Necesito que te des cuenta una vez más de cómo sigo sonríendo para mí cinco segundos después de haber dejado de mirarte. Necesito darme cuenta de nuevo de que tus ojos no son negros del todo, necesito que juegues conmigo al tú la llevas & que acabemos más cerca de lo establecido. Necesito que alguien crea en mí otra vez. Ese alguien eres tú.

#. Hay mentiras tan bellas que deberían ser verdades.

Resóplame un 'ven' cada veinticuatro, y vuélame el miocardio de una sonrisa. Qué quieres que te diga, nunca he dejado de esperarlo (ni de esperarte). Aún creo en las cosquillas y en tus ojos de lobo. Así que hazme. A secas.

sábado, 18 de agosto de 2012

#. Y luego te dicen que des gracias por estar vivo, y que pongas tu mejor sonrisa, esa que ni siquiera ellos saben fingir.

No me ocurre absolutamente nada, de hecho llevo unos días preocupada porque no me hallo dolor alguno. Ni siquiera me dueles tú, que me dueles siempre. El caso es que he estado pensando en la muerte, y en la soledad, en tres perros abandonados ladrándole a mi sombra. He pensado en acantilados, en farolas fundidas, y en el mar. Tú bien sabes que cuando pienso en el mar, te apoderas cruelmente de todas mis neuronas. Pensé en la lluvia, en chicos morenos con sudaderas azules, en redes sociales esperando una señal de vida tuya. Estoy segura de que la muerte tiene los ojos marrones y huele a perfume de Playboy. Pensé en el número ilimitado de huellas que nunca llegaron a su destino, en aeropuertos y estaciones que se perdieron todo el amor que nos cabía en un abrazo. Pero sobretodo pensé en el silencio, y fue entonces cuando tuve miedo. Y la realidad es que no me ocurre nada, pero lo mismo me muero mañana y quizás a ti aún te quedaban cosas que decirme. Y eso créeme desamor mío, sique sería una putada.

jueves, 9 de agosto de 2012

#. Apostaría casi cualquier cosa a que jamás te has atrevido a llamarla así a ella.

Y quise pasar inadvertida frente a ti para disimular que estaba ahí, pero no pude evitar quedarme boquiabierta mirando cómo hasta en tu propia mente estabas tan enamorado de alguien más. El problema no estaba en que esa que ocupaba tu mente no fuese yo, sino en que yo nunca te vi así por mí. Y por más que maldijera ese momento y no pudiera controlar mis propias lágrimas, tú nunca reaccionarías ni te darías cuenta de lo mucho que me dolía verte así. Y entonces fue cuando recordé por qué nunca quise creerte.

#. Las cosas pequeñas, si se ponen juntas, son más grandes que las grandes.

El dinero no lo es todo.
Podrá comprar una cama, pero no el sueño.
Podrá comprar un reloj, pero no el tiempo.
Podrá comprar un libro, pero no la inteligencia.
Podrá comprar una posición, pero no el respeto.
Podrá comprar la medicina, pero no la salud.
Podrá comprar la lealtad, pero no la confianza.
Podrá comprar una casa, pero no un hogar.
Podrá comprar la risa, pero no el silencio.
Podrá comprar un placer, pero no un sentimiento.
Podrá comprar una foto, pero no un recuerdo.
Podrá comprar una compañía, pero no un amigo.
Podrá comprar un reencuentro, pero no el perdón.
Podrá comprar la sangre, pero no una vida.
Podrá comprar el sexo, pero no el amor.

martes, 31 de julio de 2012

#. Si te vas a ir, déjame un adiós. O un clon tuyo que sí me quiera.


Cómo te explico que aún no te he olvidado, cómo te digo que todavía sueño con ese posible reencuentro. Cómo le miento a mi mente para no pensarte, cómo le niego a mi corazón, si sabe que no puedo tenerte, cómo me resigno a dejarte ir de una vez y para siempre. Es la misma situación una y otra vez. Maldito sueño repetido, maldito deseo reprimido, malditas ganas de volverte a ver. Y maldito este amor que aún después de tantos años, sigue tan latente.

jueves, 26 de julio de 2012

#. Se acabó todo lo que había, que realmente no era nada.

"Nadie se muere por un amor que no le conviene"
¿Es cierto esto? Yo creo que para esta pregunta nadie tiene respuesta (aún). Después de un amor todo el mundo sigue vivo, aunque se sienta muerto por dentro. La gente siempre dice: 'sigue a tu corazón...', pero, cuando el corazón está roto... ¿qué parte debo seguir? Todo este tiempo he estado dudando de ti, pensando si eras lo mejor o lo peor que me había pasado en la vida. Han sido tres años llenos de momentos buenos y malos, llenos de alegrías y de la tristeza más absoluta (solo por mi parte, claro), de sonrisas y lágrimas, de pensar en ti 25 horas al día. De millones de consejos, de cientos de 'olvídate de él'... No sé si todo lo bueno ha sido bueno de verdad, ni si todo lo malo ha sido realmente tan malo. Solo sé que nunca podré olvidar esos lugares donde tú y yo éramos felices, en los que me mirabas con otros ojos, todas las sensaciones nuevas que me provocaste. Y es que eras mi todo, aunque tú no me dieras nada. Pero... ¿ahora? Ahora yo he descubierto nuevas sensaciones sin ti, el olor de otros cuellos, el cariño de otros corazones. Y ¿sabes? Ahora no me pareces tan perfecto. La vida es bella, puede serlo incluso sin ti.

viernes, 20 de julio de 2012

#. Me gustaba como eras antes. Tu forma de tratar de conquistarme. Ya cuando supiste que te amaba... perdiste todos los detalles.

¿Y qué pasa cuando decides olvidarlo? ¿Cuándo decides no seguir luchando por algo que te está matando? Algunas personas dicen que rendirse es de débiles... yo creo que en realidad, rendirse cuando algo no merece tu dolor, cuando quieres algo pero te das cuenta de que nunca lo podrás tener, por mucho que luches día a día... eso, es de valientes. Y es que yo ya me he cansado de sentir las mentiras volando a mi alrededor, el frío de la noche cuando tú no estás, el silencio que dejas cuando te enfadas y decides irte, y las lágrimas que provocas cuando todo falla una vez más... Aunque haya decidido irme, y esta vez sea de verdad, no puedo evitar quedarme siempre con las mismas puñeteras preguntas rondando por mi mente: ¿por qué yo? ¿Por qué a mí? Yo te quise... nunca te hice daño. ¿Por qué todo no puede ser tan fácil como al principio? ¿Por qué, por qué, por qué...? Lo único que me queda son las ganas de ser feliz aunque cada día tenga el corazón un poquito más roto. Nunca fuimos nada, pero siempre hubo algo. Siempre estuviste lejos, pero nunca pensé que ese fuera motivo suficiente para que te olvidaras de mí. Al fin y al cabo, yo nunca te olvidé... nunca pensé que ese fuese motivo para dejar de creer, sin embargo, hoy ya no creo en nada.

jueves, 19 de julio de 2012

#. Hoy se marchó una luz de la tierra, pero brillará en el cielo.

¡¡Hola abuelo!! Quizá te extrañe que te escriba hoy, ya que te escribí hace tan solo unos días. Pero es que tengo una noticia que darte: hoy abuela, te echaba tantísimo de menos, que se marchó a verte. Fue tan rápido, yo no lo esperaba, es más, no me dio tiempo a despedirme. Por eso quería que le dijeras unas cuantas cositas de mi parte, para que sepa lo mucho que la quiero:
Dile que fui afortunada de conocerla, que me ha enseñado cosas que nadie sabe. Dale las gracias por haberme tenido en su casa todo el tiempo que necesité y darme todas las cosas que podía. También gracias a ti, claro. Con vosotros las mediodías eran mi parte favorita del día. Dile que gracias por enseñarme esas canciones, ya nadie las recuerda, pero dile que no se preocupe, que aunque ella ya no esté, yo seguiré cantándolas como me enseñó, para que nunca se pierdan. Dile también que la quise mucho, que la quiero mucho. Que me gustaría que pasárais otra nochevieja con nosotros, y poder bailar hasta tarde, todos, juntos, siempre. Pero no estáis, y yo no puedo hacer otra cosa que echaros de menos.
Abuela... ¿cómo puedo decirte lo que has significado para mí desde que nací? Todas las palabras se quedan pequeñas para agradecerte todo lo que has hecho por mí. Las risas, los llantos, los momentos difíciles en los que siempre me enseñabas que debíamos ver esa pequeña luz. Hoy ya no estáis aqui. Y seguir sin vosotros duele. Pero sé que donde quiera que estéis os sentiréis orgullosos de mí, cuando hablen de vosotros, cuando mencionen vuestros nombres y yo levante la cabeza bien alto diciendo: sí, así eran mis abuelos, las personas más maravillosas del mundo. Os quiero muchísimo, infinita, sincera y eternamente.

PD. No os preocupéis, no habéis muerto. Vosotros viviréis mientras yo viva. En mi recuerdo. Siempre. Aquí dentro.  

jueves, 12 de julio de 2012

Querido abuelo:

Hoy mamá me dijo que te escribiera, porque ya hace un mes desde que te fuiste y no has vuelto, y todos los días le pregunto si puedo escribirte. Me han dicho que allí donde estás se está muy bien. Que hay mucha comida todos los días y juegos para que no te aburras. También me dijeron que ahí tienes calefacción y tele, así que no me preocupo de nada. Pero te contaré un secreto, y cuando vuelvas, no se lo cuentes a mamá, que se enfadará conmigo:
Abuelo, ya he crecido otros dos centímetros y en este tiempo me he portado muy bien, pero... echo de menos que me ganes a las cartas cada tarde, y aunque mamá juega conmigo todos los días, ganar ya no me sabe bien sin ti. Ya es verano un año más y sé que cuando vuelvas podré ganarte el pulso que te debía por una chuche. Decirte que los puzles ya no son lo mismo si no te picas conmigo a ver quién los termina antes. Confesarte que fue un gran alivio para mí que emprendieras este viaje sin dejar de oír mi voz. Ojalá valiera decirte que hace demasiado frío sin ti al otro lado de la mesa. Que echo de menos que me ofrecieras un dulce cada tarde cuando pasaba a verte. Tienes que saber que no he vuelto a divertirme como lo hacía contigo jugando al veo-veo. Que nadie nunca jamás podrá reemplazar nuestras tardes de juegos, nuestros días de risas, nuestros secretos... Y aunque mamá me ayuda a que piense en ti sin derrumbarme, la casa ya no tiene tu olor. No he podido evitar pensar en las cosas que nos hemos perdido desde que te marchaste, pero no te preocupes, porque cuando vuelvas, podremos recuperar el tiempo perdido. Y bueno, aunque según mamá allí estás bien, he cogido mantas que había guardadas en su cuarto, y con las monedas que me daba la abuela cada vez que íbamos a verla, te he comprado chuches para que no pases hambre. Y en cuanto a la tele y los juegos, me dicen que también tienes allí; pero no te preocupes, te dejaré todos mis peluches para que no te aburras. Pero vuelve, que te echo muchísimo de menos, y cada vez que pregunto que si puedo ir a verte, me dicen que el cielo está muy lejos...

martes, 10 de julio de 2012

#. & un día te das cuenta de que el camino de la vida tiene de todo, menos una barandilla donde agarrarse.

Vaya, ¿ves? Te dije que no aguantaría sin volver a mencionarte por aquí, soy débil. Aunque no en todo: he de decirte que tú me hiciste fuerte, que después de las putadas, uno pierde la esperanza, sí, pero el corazón gana coraje. Me he ido haciendo a esto de caer con los años, tú prometiste hacerme feliz, pero nunca pensamos en la hostia que conlleva caer después de haber estado sobre el cielo. Y el verdadero problema de caer; es que arriba estuvimos juntos, pero caímos por separado. No he vuelto a subir, me da miedo. Y por culpa del miedo he perdido ya a unas cuantas personas que metí en el mismo saco que a ti. Pero esto no puede seguir... voy a olvidarte. Puedes reírte, doy por hecho que lo harás, sabes perfectamente que lo he intentado y aquí sigo sin conseguirlo, pero esta vez es distinto. No sé qué cojones hago desaprovechando tantas oportunidades, tirando tantos sentimientos y esquivando a personas que realmente me quieren. Así que, si me encuentras por ahí, no me mires, ni me sonrías, ni te acerques, ni me hables. Y si lo haces, te encontrarás con la mayor sonrisa que ha salido de esta cara,  con la felicidad más plena que hayas podido observar. Porque a pesar de todo, sigo siendo el orgullo en persona, y aunque esté rota por dentro, siempre te mostraré una felicidad que en mí, probablemente nunca exista.

lunes, 9 de julio de 2012

#. A veces pienso que olvidas que te quise más que a mi propia vida.


Ponte guapa tan solo para fastidiar al que pudo tenerte y no te tiene, para asombrar a los que te conocen y a los que no te conocen también. Siéntete la mejor de todas. Cuando haya un rumor sobre ti (sea verdad o no), ve con la cabeza bien alta siempre. A palabras necias, oídos sordos. Y a los capullos, ni el oído, ni la palabra, ni la mirada si quiera. Que os jodan. Reconoce tus errores, demuestra que te arrepientes, aprende de ellos. Y con eso, no tendrás ni que mencionar la palabra 'perdón'. ¿Por ocultar? Ocúltalo todo; miente, niega, invéntate. Pero solo sobre ti, de los demás que se encarguen ellos. ¿Por los amigos verdaderos? Da todo, miente, arriesga, engaña, perdona, ayuda, escucha, habla, calla, ríe, llora. Y ellos lo harán por ti. Come helado, mánchate, sé feliz en la calle, en tu casa, de tiendas, en el médico... Esquiva tus obstáculos con serenidad. Pasa de problemas. Monta en globo, haz puenting, escribe un libro sobre tu vida. Porque tú no criticas: solo dices la verdad sobre los defectos de ciertas personas. Sé fuerte, olvida, ama, sufre, olvida y ama de nuevo. Porque la vida es eso, caer y levantarse.

#. Querido diario: ya no le echo de menos, pero si lo pienso conmigo, me echo de menos a mí. Y eso sique es un desastre...

Subo la persiana, el cielo está indeciso (el gris no es un color, es una duda). Tomo fanta, la coca-cola me trae demasiadas malas pasadas. En la nevera hay una nota: 'mañana vendrá a verte el hombre de tus sueños'. Pero siempre es mañana. Si no tienes enemigos es que no has dicho una verdad en tu vida, si no tienes amigos es que no sabes mentir. Creo que la culpa de esta sensibilidad que me aturde es de las canciones infantiles que me azotaban de pequeño; no saber si Mambrú volvió de aquella maldita guerra, y que ella, la chica de las pecas, tuviera que pagar el doble por un paseo en barca. Las chicas bonitas lo tienen más fácil, hasta en el amor. El amor es como un perro que le mueve la cola a todo el mundo, pero se marcha con quien le lanza el corazón más cerca (no te fíes nunca de un hombre que tiene como mascota un gato). Bajo la persiana (el negro no es un color, es un secreto). Me tumbo, pongo una canción, suena como si tuvieras la culpa de todo el desamor del universo. Tener un desamor es ponerle rostro al odio. Y a mí lo que me duele de verdad es no dolerte. Y no esta jaqueca de pensarte. Ahora subo y bajo la persiana. Gris y negro. Espero. Como si hubieses escrito en la suela de tus zapatos: volveré algún día de estos y te pintaré de azul el cielo de la boca. Cuando toda tu vida depende de una persona y esa persona no eres tú mismo, puedes darte por jodido. Así estoy precisamente: jodida y no jodiendo. Triste. La tristeza es el único sentimiento más rápido que la luz. Ahora ha cambiado su foto de perfil, tiene los ojos más marrones que nunca (el marrón no es un color, es una ausencia). Y mientras yo vomito una melodía enquistada en mi cerebro, mi orgullo tambaleándose hasta la cocina, arranca una nota de la nevera. Otra vez.

miércoles, 4 de julio de 2012

#. Contigo elegí lo imposible, pero a mi corazón le gustan los retos.

Existe cada vez que lo pienso. Es aquel de allí, bueno, seguramente no lo veréis, a primera vista no es el típico hombre que sale en los sueños de las mujeres. Sin embargo, ocurre que solo desde que lo sueño, me siento mujer. Tengo la terrible necesidad de que me haga daño, que me muerda el corazón, que me haga sufrir como en las noches de verano, que abra una herida en mi alma del tamaño de su nombre. Cualquier cosa que lo haga real e intenso. Algo que duela de verdad. Como el amor. Si alguna vez se me ocurre hablar de su boca, si en algún momento soy tan estúpida de hacer metáforas sobre ese infierno que antecede a su garganta, si soy capaz de decorar su sonrisa con algún adjetivo, no os estaré mintiendo... solo será otro intento fallido de expresar la realidad. No recuerdo cuándo fue la primera vez que lo vi, pero sí en qué momento aprendí a mirarle. Lo pienso cada vez que existe. Siempre.

jueves, 21 de junio de 2012

#. El que no arriesga, no gana, dijiste. El que arriesga puede morir por amor, contesté.

Lo único que quiero es echar a correr, y que cualquier recuerdo de ti se asfixie junto a un bordillo a tres galaxias de distancia de mi vida. Por eso quizás ahora, debería arrancarme tus adjetivos y colgar mi cadáver, que mi cuerpo se columpie con tu ausencia. Que el desamor parezca un juego de niños, y no el fallecimiento de una mujer. Y cuando hablo de morirme, no estoy hablando de mi muerte, sino de la parte de mi vida que te llevas. Junto a mi colección de suspiros, justo al lado de mi última risa, en medio de aquella lágrima que derramé justo antes de perderte, está aquel 'siempre' cubriéndose de polvo. Y aún así, todavía me emociono cuando en el espejo del baño crecen tu nombre y un corazón sobre el vaho. Esta maldita casa tiene un eco, y me duele el idioma de las puertas, como violinistas de barcos hundidos sacando a flote todas mis miserias. Y maldigo aquellas canciones que depositaste en mi pecho. "Serías la última persona del mundo a la que amaría ahora" dijiste. No reproché nada, porque exactamente a mí también me pasa lo mismo. Que soy la última persona a la que amo...

miércoles, 20 de junio de 2012

#. Tenía todo lo que necesitabas en cada momento, excepto cuando él era lo único que necesitabas.

Te juro que pasaba por aquí, que no tenía intención alguna de encontrarte. Incluso cuando te vi, pensé que eras otro, cualquier otro, y no mi vida. Nunca entenderé por qué la gente es más feliz cuando comparte la tristeza. El caso es que mi vida tiene los ojos marrones, y yo no lo sabía; cuando sonríe se come toda la oscuridad de la noche de golpe. Realmente preciosa de veras. Y es cierto que pasaba por aquí, como pasa un veinticuatro de octubre por el calendario. Si me previenen de que mi vida, es tan paisaje de nadie, y tan sueño de todas, o es tan bonita que duele hasta el aire que respira y no te toca. Seguramente hubiera escogido otro camino para no verla. Pero ahora que la tengo delante, haciendo con su hermosa sonrisa el truco de enamorarme hasta el odio, ya no puedo hacer otra cosa que amarle... A mi vida, sí. Tanto y de un modo tan intenso, que es la primera vez en quince años, que le tengo miedo a la muerte.

martes, 19 de junio de 2012

#. He llegado a la conclusión de que cada vez que me cuestionaba a mí misma si era feliz, en realidad estaba dejando de serlo sin querer queriendo.

"La diferencia entre las promesas y los recuerdos es que solemos romper las promesas, pero los recuerdos nos rompen a nosotros".

Adoro las fotografías. Quizá porque lo mejor de ellas es eso: que nunca cambian. Incluso cuando las personas que salen en ellas lo hacen, incluso cuando las promesas que se hicieron justo en ese momento se rompen...

#. Mi más sentido enamórate.

Que ni las noches son más largas ni los océanos más grandes. Que ni me encuentro en tu mirada ni me busco en ella. Que ni el sol brilla más, ni cae el jueves siempre en día impar. Que ni el café está más caliente ni mi grifo gotea más. Que ni el mundo gira más despacio, ni las agujas de tu reloj, ni el viento, ni nada se hace eterno. Que ni me juego la boca por un beso, ni me tatúo tu número en la frente. Que ni yo mato por celos, ni tú mueres por mí.

miércoles, 13 de junio de 2012

#. Nadie sabe lo que tiene hasta que le duele.

"Las personas se van porque así lo quiere el destino"
¿Qué destino? Las personas se van porque uno lo deja marchar, porque no sabemos aprovechar lo que tenemos hasta que lo perdemos, porque no somos capaces de mostrar lo que realmente sentimos.
Y si tres mil veces te rompen el corazón, nueve mil le pones hilo y te lo coses, porque más vale perder el orgullo por la persona que quieres, que perder la persona que quieres por orgullo.

Nunca reconocemos en nosotros mismos la fuerza que llevamos dentro hasta que sobrevivimos a algo terrible.

Siempre lo mismo: caer y levantarse. Y volver a caer y volver a levantarse. Demasiados fallos. Ya estoy cansada. Hoy me quedo en el suelo. El cielo se ve mejor desde aquí abajo.

Recuerda que estarás siempre aquí. Te quiero, abuelo.

Dime que cada día estoy más alta. Calcula de nuevo los días que llevo sin verte. Piquémonos otra vez a las cartas, esta vez prometo dejarte ganar. Enséñame a sumar, restar, multiplicar y dividir sin usar los dedos para ser la primera de la clase. Cuéntame tus anécdotas de nuevo, diez, veinte y treinta veces más, si hace falta. Ríete con mis chistes malos, finge que te gustan. Discutamos sobre política, vuelve a decir que lo único verdadero en la vida es amar. Repite eso de que la vida es tan solo una ilusión, que la verdadera gloria está en el cielo. Incítame a ser poetisa. Siéntete orgulloso de mí. Ríñeme porque no me como todas las sopas. Enfádate con los actores de los programas del corazón. Regálame una bolita de anís, de esos de los que siempre tenías rosas por ser mi color favorito. Llámame guapa hasta recién levantada. Dime que estoy hecha toda una moza. Emociónate con mi regalo de cumpleaños. Pasa otra nochevieja con nosotros. Recítame de nuevo los poemas que le escribías a abuela, descríbeme lo contenta que se ponía al leerlos. Promete otra vez que nunca amarás a nadie más que a ella. Halágame con tus piropos, dime que soy la mejor dibujante del mundo. Ríete con mis vestidos de carnaval. Repite que he nacido en una época privilegiada. Cuéntame de nuevo que fuiste el primero en tener radio del pueblo. Recuerda que fuiste un luchador y que te tienes ganado el cielo. Encuéntrame paseando y dime lo mucho que me quieres. Mírame con admiración. Cuchicheemos juntos al oído. Sonríe solo con mis tonterías... Vuelve. Solo eso, vuelve.

viernes, 8 de junio de 2012

#. Por lo menos nunca fui mala, nunca fui desleal. Por lo menos le traté con dulzura y atención, por lo menos me preocupé por él. Por lo menos le hice reír. Por lo menos me sentí afortunada de tenerle e hice que lo supiera. Por lo menos lo valoré como se merecía. Por lo menos lo quise. Lo demás, lo de después... bueno, sobre eso no pude elegir.

Tenías nombre de capital europea y jugabas al blackjack de los adioses con cualquiera que te dejara ganar. Te gustaban las madrugadas de domingo, si la poesía se escurría entre el vaso y la barra de aquel bar, que nunca era el último, por mucho que tú lo prometieras. La 'j' de Jordania te calaba la sonrisa y la chaqueta y por eso nunca dejabas de estar triste, aunque el quicio de tus labios quisiera volverse escalador y coronar tus mejillas de cuentos. Sacabas a pasear a tus tacones y tus vestidos de encaje, por tener una (buena) excusa para abrir el cajón de las medias. Llenaste el lavabo de lágrimas y de tragos de ginebra, hasta que se te secaron las pestañas y las botellas de alcohol. «Vuelve pronto», me dijiste, «o se inundará la habitación». Aún a veces, sobre todo si es de noche, el insomnio me recuerda que debía haberte enseñado a nadar antes de irme.

#. Las personas no lloran por haber sido débiles, lo hacen por haber tratado de ser fuerte durante tanto tiempo.

Bueno... quizá hoy no sea uno de mis mejores días, quizá no estoy tan bien como voy jurándole a las estrellas, quizá a ratos el pulso que le echo a esa mezcla de recuerdos y olvidos me gane un rato, pero solo un rato. No es fácil, supongo que teñir mi cara con indiferencia durante meses es un trabajo demasiado duro, pero yo siempre he tenido fama de ser esa chica a la que no le puede cualquier cosa. Esa que siempre tiene una sonrisa para mostrar al mundo, esa que esconde un par de secretos que solo conoce su almohada, esa que a veces hace el trabajo de las nubes pero en solitario y sin que nadie se entere, esa que es capaz de levantarse diez centímetros del suelo, mostrar una felicidad aparente y al torcer la esquina llorar como si le fuera la vida en ello.
Bueno... quizá la explicación sea más sencilla de lo que todos (e incluida yo misma) sospechamos, quizá el truco está en dejar de recordar ese escondite que tenías en mi habitación 'por si las moscas', o dejar de escuchar ese par de canciones que hablan de un nosotros que ni siquiera sé si sigue estando. Quizá es que añore demasiado los lugares que nos vieron, o que todo a mi alrededor tenga un matiz que me haga recordarte. Ha pasado demasiado tiempo, y no es que no te haya superado, olvidado o esa sarta de mentiras que dicen que hay que hacer cuando algo se acaba, simplemente es que tú y yo seguimos siendo los mismos (o incluso mejores), pero con una diferencia: ahora me atormenta la idea de que un Martes cualquiera decidas dar la vuelta a todo y buscar una mirada distinta a la mía para que siga el son de tus pasos. Si te digo la verdad me da igual que le regales tus besos a otras tantas que no saben lo que es amar; es más, yo también lo hago. Pero nunca, nunca te perdonaré que decidas sustituírme por una cualquiera, porque aunque lo intentes, siento comunicarte que quizá nunca lo vayas a conseguir, que por desgracia (igual que tú para mí), yo para ti: soy algo más que otra cualquiera.

domingo, 3 de junio de 2012

#. No te arrepientas de nada: si es bueno es un recuerdo, si es malo, una experiencia.

Qué nos pasa, somos tremendamente incomprensibles, incompatibles y una lista demasiado interminable de adjetivos que comienzan por 'in-'. Somos imperfectos, indecisos, ineptos, indoloros; somos tan fuertes, duros, insensibles (o por lo menos nos lo hacemos). Nos lo hacemos porque nos negamos a reconocer que tú y yo estamos hechos de pedacitos: de pedacitos de nuestras noches en los portales, de las confesiones con olor a café, de esa confianza que desborda nuestras pupilas, de dolor causado por el otro porque sabemos identificar cada uno de los puntos estratégicos que tiene el otro al descubierto. De consejos, de problemas del sexo opuesto, de ratitos sobre el mismo sillón, de Viernes por la mañana, de Veinticuatros de Octubre, de 'no te quiero' y de 'ojalá te quisiera'. Estamos hechos de tardes raras de nosotros, que tú y yo sabíamso convertir en especiales, de un invierno y de dos docenas de hojas en el calendario, de ciento treinta y siete días y unos cuantos de regalo, de conocer a la perfección cada recobeco de la voz del otro, cada secreto que esconde la mirada oscura, cada suspiro que nos regalábamos, cada palabra bonita que se escapaba muy de vez en cuando al otro lado del ordenador. Estamos hechos de odio, de superar hecatombes, tempestades y algún que otro huracán, de volar con los pies en el suelo, y de usar la mano del otro para caminar por los problemas. Y yo... yo estoy hecha de las veces que me subías a lo más alto y me dejabas ver que el mundo era pequeño a mis pies. Estoy hecha de ese par de secretos que guarda mi almohada, de tu sonrisa en los días grises, del momento en el que sabías cuándo debías apretar el botón 'on' de mi risa. De tus te quieros, de tus no sé, de los besos que no llegaste a darme y de las veces que quise abrazarte. Estoy hecha de una historia inmortal a tiempo parcial, de las miradas traviesas, de las conversaciones eternas a horas intempestivas, de tus tonterías que se convirtieron en lo más importante para mantenerme en pie. Estoy hecha de lágrimas y de cosas que nunca me dices, de tus mentiras y de creerme a medias tus verdades. De confiar en ti, de verte y sentir que puedo, de recuerdos que hoy en día consiguen que pueda respirar, de tu voz como tono de despertador, de cosquillas en la tripa y muerdos en el corazón. Y es que yo, como dice esa canción, estoy hecha de ti, de pedacitos de ti.

lunes, 28 de mayo de 2012

#. Dicen que si duele, no puedes negar que te importa.

Ya no hay más, o queda más, no sé. Todo es tan súmamente confuso, es como ese cielo de las noches de verano de Mayo, estrelladas y silenciosas. No entiendo aún por qué si tenemos tanto que decirnos, que gritarnos, que matarnos, que reprocharnos y que besarnos, nos callamos y ahogamos los gritos en un par de tequilas con sal y limón, y en dos docenas de suspiros repartidos por el calendario. No nos entenderé mientras viva, dicen que lo fácil aburre, pero tú y yo tenemos la historia, no más difícil, sino más compleja de todo el universo. Quizá sea porque nosotros nos hemos empeñado en que sea así, en que al torcer la esquina nos aburra la idea de que el otro estará esperando en la acera de en frente, dando pasos de ciego, y buscando encallar la mirada en otra que no sea la tuya. Quizá sea eso, quizá mejor así. Quizá es que ya habíamos arrancado veinticuatro hojas del calendario y eso era demasiado, que ya teníamos unos cuantos baúles repletos de recuerdos, o que nos sabíamos el sonido de nuestras risas a la perfección. Que nos conocíamos tanto, tantísimo, que sabíamos que volveríamos a caer. Pero ¿sabes qué? Que solo nosotros dos tenemos la respuesta, que los demás nos pueden mirar con los ojos abiertos y con cara de no os entendéis ni vosotros. Pero sí, tú y yo sabemos qué pasa, qué nos pasó y qué nos pasará. Seguiremos siempre igual, esto nunca se acabará, y eso, a los dos nos encanta. No sabemos, no queremos, o no podemos tener una plaza fija en la vida del otro. Nosotros somos de oscilar, de vivir en la incertidumbre y adorar lo que nadie te regala. Aunque en el fondo nos morimos de ganas de volver a ser uno, de recorrer cada poro de la piel del otro y detenernos en esos lunares que ya conocemos a la perfección. De sentirnos a menos de un palmo, y de robarle al tiempo unos minutos y perdernos en él; para que una vez que ese momento caduque, y que las agujas del reloj sigan su curso, tú y yo seamos los de siempre: dos idiotas con poco que perder y con nadie a quien querer.

#. Si tienes la suerte de ser diferente, no cambies nunca.

Ciertas personas tienen indiscutiblemente la capacidad de tener a los demás bien atados con nudos. Hay quienes destacan en hacer nudos y quienes destacan en dejarse enredar. Con frecuencia, ni el que ata ni el atado saben cómo sucede esto o no tienen conciencia de que ya está sucediendo. Impresiona hasta qué punto les resulta difícil a las partes en juego ver lo que pasa. No olvidemos que el hecho de no ver que existe un nudo forma parte del nudo.

#. Haz lo que te apetezca en el momento que te de la gana: cambia ese 'no puedo' por un 'voy a comerme el mundo'.

Puedes sentirte solo y estar en medio de un millón de personas. Puedes gritar y que nadie te oiga, o preguntar y que nadie te conteste. Querer y no tener, luchar y no conseguir, pelear y no ganar, dar y no recibir. Pero... ¿sabes qué? Habrá otros momentos en los que estés solo pero te sientas rodeado de mil personas que te quieren. Sin decir nada, alguien sabrá que las cosas no van bien. Sin preguntar te dirán lo que necesites oír. Conseguirás cosas sin luchar, sobretodo aquellas que no quieras, pero ganarás batallas sin dejarte la piel en el camino. Y después de todo esto, alguien te enseñará que el único truco que sirve es seguir y sonreír pase lo que pase.

sábado, 26 de mayo de 2012

#. & si tienes que marcharte llévame en una maleta. Yo prometo no pesarte, tú procura no perderla.

Nos reímos, y seguimos riéndonos así. Hablando sin saber muy bien de qué  ni por qué. Después decidimos colgar, prometiéndonos que nos llamaríamos al dia siguiente. Es una promesa inútil: lo habríamos hecho de todos modos. Cuando pierdes el tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas que si alguien te escuchara creería que estás loca, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que él haya colgado compruebas que lo haya hecho de verdad, entonces estás perdida. O mejor dicho, estás enamorada, lo que, en realidad, es un poco más de lo mismo...

jueves, 24 de mayo de 2012

#. Caminé pausada mirando a mi alrededor, sintiendo como el viento jugaba con mi pelo. Y no, no olvidé pensar en ti.

Con la sonrisa torcida, zapatillas sucias y el corazón palpitando a 200 km/h. Ahora se daba cuenta de lo que era ser feliz, lo tenía en frente, a cinco centímetros de su boca y lo único que se le ocurrió decir fue:
-.Pensaba que te habías olvidado de mí.

#. No me mires como si quisieras echarme de menos.

Supongo que el miedo nos ganó aquel día en que elegí mi vida en lugar de la tuya, cuando decidí que debía querer algo, a parte de ti. Elegí cambiar los buenos días de tu voz dormida por la monotonía de otros labios. Elegí no ver más cómo te desperezabas después de haberte pasado la noche en vela preocupado. Elegí no volver a ser esa persona a la que tanto necesitabas. Elegí que olvidarme fuera lo más fácil del mundo. Elegí no perderme en el lunar de tus parpadeos. Elegí no caer en la cuenta del ángulo en que crece tu pelo. Elegí alejarme lo más posible de tu olor. Elegí que sustituyeras mi risa por la de otra a la primera de cambio. Elegí tener que decidir si morirme de rabia o matarme de celos al imaginarte a su lado. Elegí guardar un recuerdo que me acribille el corazón una vez cada dos horas. Elegí tener veinticuatro pasos más abajo el lugar donde fui tan feliz, donde te grité tanto, donde te quise tanto. Elegí que fuera mi mirada la que se queda en los pliegues de tu ropa cuando tomas esa curva. Elegí ser yo la que consigue que actúes de la manera más extraña que pudiste pensar nunca. Elegí recaudar esperanzas los martes y caer en picado en un mar de recuerdos los domingos. Elegí tener que guardar para mí todo lo que dejé de decirte, porque ya nunca más será importante. Elegí ver crecer a nuestros temores, por ser lo único que nos quedaba. Y lo peor es que, desde entonces, ese miedo no me abandonó nunca. Ni siquiera ahora, que ya no puedo perder(te) más.

jueves, 17 de mayo de 2012

#. En la vida hay cosas por las que merece la pena luchar, pero hay otras en las que es mejor retirarse a tiempo...

Parece mentira cómo alguien puede entrar y salir de tu vida de la noche a la mañana. Cómo las horas esperando ya no tienen sentido, y todas las palabras que un día fueron lo mejor, hoy te arrancan la piel como un cuchillo. Y dicen: 'el tiempo lo cura todo'. Mentira. Solo aprendes a vivir con ello, o sin ello, según. Ves el mundo y sigue, el tiempo no mira atrás y los niños de la guardería siguen sonriendo. Piensas que el sol ya no brilla con la misma fuerza y que en cualquier momento la destrucción se apoderará de tu cuerpo. No tiene sentido, siempre sola y ahora lo único que necesitas es estar con él. Nada es igual, solo tu corazón que, por desgracia, no deja de latir...

martes, 15 de mayo de 2012

#. Inspírame o respírame.

Empecé a formatear algunas palabras que empezaban a estorbarme, no estaba dispuesta a que nada me hiciera tropezar en el camino. Pensé en decirle al silencio que dejara de hablar, pero hizo caso omiso a mis palabras. Quise gritar, correr, y dejar atrás algunos malos momentos, pero me siguieron a todos lados. Descubrí que el amor no era eterno y que las cosas más esperadas pasan en el momento más inesperado. Me prometí a mí misma no buscar más tesoros en islas que aún no se habían descubierto. Le corté las agujas al tiempo de mi reloj. Sonreí por última vez y le di un sorbo a mi vida.

#. & entonces comprendí que tal vez no era el final, sino más bien el principio.

Me encantaría echar a volar. Sin miedo. Por un cielo que vuelve a ser azul. Pero siempre contigo, no lo dudes. Ojalá pudiera ahora enamorarme de ti. Olvidar todo mi pasado y entregarme cien por cien contigo. Sonreír sin miedo otra vez. Saltar, gritar, llorar de alegría por haber tenido la suerte de conocerte. Volver a ser un sube y baja de emociones: ahora mismo eufórica, al segundo después con los ánimos tres metros... bajo el suelo. Me hice un propósito: estar un día entero sin pensar en él, sin recordarle. Sin romper un poquito más de lo que ya está mi pobre corazón. Son ya más de cuatro días sin su metro setenta de imbecilidad en estado puro... pero también cinco días sin su olor y sin su pelo perfectamente (des)peinado. ¿La receta para olvidar? Posiblemente sea agarrarme a ti para estar al borde del precipicio de nuevo, pero sin calcular los riesgos de la caída inminente, porque volveré a estar enamorada. Tus ojos del color de la tierra húmeda y oscura de otoño serán los únicos que me mantengan en el preciado equilibrio entre el éxtasis y el irrefrenable deseo de poner fin a mi vida. Viviremos al límite. En la fina línea que divide la felicidad extrema de la depresión profunda, una línea que algunos ilusos llaman amor. Aunque sé que nada de esto sucederá, porque en mi corazón solo hay hueco para una persona. Y, lamentablemente, el puesto de dueño de mis pensamientos aún está ocupado por alguien que debería haberse ido hace mucho tiempo de mi mente, pero que todavía sigue rondando por aquí. Ojalá pudiera atarme a ti, aunque yo ahora mismo no quiera. Pero sé que sería una de las mejores formas de borrar por completo a alguien por quien nunca debía haber perdido más de dos minutos de mi preciado tiempo. Alguien que debió ser olvidado a los cinco minutos de traicionarme.