lunes, 28 de mayo de 2012

#. Dicen que si duele, no puedes negar que te importa.

Ya no hay más, o queda más, no sé. Todo es tan súmamente confuso, es como ese cielo de las noches de verano de Mayo, estrelladas y silenciosas. No entiendo aún por qué si tenemos tanto que decirnos, que gritarnos, que matarnos, que reprocharnos y que besarnos, nos callamos y ahogamos los gritos en un par de tequilas con sal y limón, y en dos docenas de suspiros repartidos por el calendario. No nos entenderé mientras viva, dicen que lo fácil aburre, pero tú y yo tenemos la historia, no más difícil, sino más compleja de todo el universo. Quizá sea porque nosotros nos hemos empeñado en que sea así, en que al torcer la esquina nos aburra la idea de que el otro estará esperando en la acera de en frente, dando pasos de ciego, y buscando encallar la mirada en otra que no sea la tuya. Quizá sea eso, quizá mejor así. Quizá es que ya habíamos arrancado veinticuatro hojas del calendario y eso era demasiado, que ya teníamos unos cuantos baúles repletos de recuerdos, o que nos sabíamos el sonido de nuestras risas a la perfección. Que nos conocíamos tanto, tantísimo, que sabíamos que volveríamos a caer. Pero ¿sabes qué? Que solo nosotros dos tenemos la respuesta, que los demás nos pueden mirar con los ojos abiertos y con cara de no os entendéis ni vosotros. Pero sí, tú y yo sabemos qué pasa, qué nos pasó y qué nos pasará. Seguiremos siempre igual, esto nunca se acabará, y eso, a los dos nos encanta. No sabemos, no queremos, o no podemos tener una plaza fija en la vida del otro. Nosotros somos de oscilar, de vivir en la incertidumbre y adorar lo que nadie te regala. Aunque en el fondo nos morimos de ganas de volver a ser uno, de recorrer cada poro de la piel del otro y detenernos en esos lunares que ya conocemos a la perfección. De sentirnos a menos de un palmo, y de robarle al tiempo unos minutos y perdernos en él; para que una vez que ese momento caduque, y que las agujas del reloj sigan su curso, tú y yo seamos los de siempre: dos idiotas con poco que perder y con nadie a quien querer.

#. Si tienes la suerte de ser diferente, no cambies nunca.

Ciertas personas tienen indiscutiblemente la capacidad de tener a los demás bien atados con nudos. Hay quienes destacan en hacer nudos y quienes destacan en dejarse enredar. Con frecuencia, ni el que ata ni el atado saben cómo sucede esto o no tienen conciencia de que ya está sucediendo. Impresiona hasta qué punto les resulta difícil a las partes en juego ver lo que pasa. No olvidemos que el hecho de no ver que existe un nudo forma parte del nudo.

#. Haz lo que te apetezca en el momento que te de la gana: cambia ese 'no puedo' por un 'voy a comerme el mundo'.

Puedes sentirte solo y estar en medio de un millón de personas. Puedes gritar y que nadie te oiga, o preguntar y que nadie te conteste. Querer y no tener, luchar y no conseguir, pelear y no ganar, dar y no recibir. Pero... ¿sabes qué? Habrá otros momentos en los que estés solo pero te sientas rodeado de mil personas que te quieren. Sin decir nada, alguien sabrá que las cosas no van bien. Sin preguntar te dirán lo que necesites oír. Conseguirás cosas sin luchar, sobretodo aquellas que no quieras, pero ganarás batallas sin dejarte la piel en el camino. Y después de todo esto, alguien te enseñará que el único truco que sirve es seguir y sonreír pase lo que pase.

sábado, 26 de mayo de 2012

#. & si tienes que marcharte llévame en una maleta. Yo prometo no pesarte, tú procura no perderla.

Nos reímos, y seguimos riéndonos así. Hablando sin saber muy bien de qué  ni por qué. Después decidimos colgar, prometiéndonos que nos llamaríamos al dia siguiente. Es una promesa inútil: lo habríamos hecho de todos modos. Cuando pierdes el tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas que si alguien te escuchara creería que estás loca, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que él haya colgado compruebas que lo haya hecho de verdad, entonces estás perdida. O mejor dicho, estás enamorada, lo que, en realidad, es un poco más de lo mismo...

jueves, 24 de mayo de 2012

#. Caminé pausada mirando a mi alrededor, sintiendo como el viento jugaba con mi pelo. Y no, no olvidé pensar en ti.

Con la sonrisa torcida, zapatillas sucias y el corazón palpitando a 200 km/h. Ahora se daba cuenta de lo que era ser feliz, lo tenía en frente, a cinco centímetros de su boca y lo único que se le ocurrió decir fue:
-.Pensaba que te habías olvidado de mí.

#. No me mires como si quisieras echarme de menos.

Supongo que el miedo nos ganó aquel día en que elegí mi vida en lugar de la tuya, cuando decidí que debía querer algo, a parte de ti. Elegí cambiar los buenos días de tu voz dormida por la monotonía de otros labios. Elegí no ver más cómo te desperezabas después de haberte pasado la noche en vela preocupado. Elegí no volver a ser esa persona a la que tanto necesitabas. Elegí que olvidarme fuera lo más fácil del mundo. Elegí no perderme en el lunar de tus parpadeos. Elegí no caer en la cuenta del ángulo en que crece tu pelo. Elegí alejarme lo más posible de tu olor. Elegí que sustituyeras mi risa por la de otra a la primera de cambio. Elegí tener que decidir si morirme de rabia o matarme de celos al imaginarte a su lado. Elegí guardar un recuerdo que me acribille el corazón una vez cada dos horas. Elegí tener veinticuatro pasos más abajo el lugar donde fui tan feliz, donde te grité tanto, donde te quise tanto. Elegí que fuera mi mirada la que se queda en los pliegues de tu ropa cuando tomas esa curva. Elegí ser yo la que consigue que actúes de la manera más extraña que pudiste pensar nunca. Elegí recaudar esperanzas los martes y caer en picado en un mar de recuerdos los domingos. Elegí tener que guardar para mí todo lo que dejé de decirte, porque ya nunca más será importante. Elegí ver crecer a nuestros temores, por ser lo único que nos quedaba. Y lo peor es que, desde entonces, ese miedo no me abandonó nunca. Ni siquiera ahora, que ya no puedo perder(te) más.

jueves, 17 de mayo de 2012

#. En la vida hay cosas por las que merece la pena luchar, pero hay otras en las que es mejor retirarse a tiempo...

Parece mentira cómo alguien puede entrar y salir de tu vida de la noche a la mañana. Cómo las horas esperando ya no tienen sentido, y todas las palabras que un día fueron lo mejor, hoy te arrancan la piel como un cuchillo. Y dicen: 'el tiempo lo cura todo'. Mentira. Solo aprendes a vivir con ello, o sin ello, según. Ves el mundo y sigue, el tiempo no mira atrás y los niños de la guardería siguen sonriendo. Piensas que el sol ya no brilla con la misma fuerza y que en cualquier momento la destrucción se apoderará de tu cuerpo. No tiene sentido, siempre sola y ahora lo único que necesitas es estar con él. Nada es igual, solo tu corazón que, por desgracia, no deja de latir...

martes, 15 de mayo de 2012

#. Inspírame o respírame.

Empecé a formatear algunas palabras que empezaban a estorbarme, no estaba dispuesta a que nada me hiciera tropezar en el camino. Pensé en decirle al silencio que dejara de hablar, pero hizo caso omiso a mis palabras. Quise gritar, correr, y dejar atrás algunos malos momentos, pero me siguieron a todos lados. Descubrí que el amor no era eterno y que las cosas más esperadas pasan en el momento más inesperado. Me prometí a mí misma no buscar más tesoros en islas que aún no se habían descubierto. Le corté las agujas al tiempo de mi reloj. Sonreí por última vez y le di un sorbo a mi vida.

#. & entonces comprendí que tal vez no era el final, sino más bien el principio.

Me encantaría echar a volar. Sin miedo. Por un cielo que vuelve a ser azul. Pero siempre contigo, no lo dudes. Ojalá pudiera ahora enamorarme de ti. Olvidar todo mi pasado y entregarme cien por cien contigo. Sonreír sin miedo otra vez. Saltar, gritar, llorar de alegría por haber tenido la suerte de conocerte. Volver a ser un sube y baja de emociones: ahora mismo eufórica, al segundo después con los ánimos tres metros... bajo el suelo. Me hice un propósito: estar un día entero sin pensar en él, sin recordarle. Sin romper un poquito más de lo que ya está mi pobre corazón. Son ya más de cuatro días sin su metro setenta de imbecilidad en estado puro... pero también cinco días sin su olor y sin su pelo perfectamente (des)peinado. ¿La receta para olvidar? Posiblemente sea agarrarme a ti para estar al borde del precipicio de nuevo, pero sin calcular los riesgos de la caída inminente, porque volveré a estar enamorada. Tus ojos del color de la tierra húmeda y oscura de otoño serán los únicos que me mantengan en el preciado equilibrio entre el éxtasis y el irrefrenable deseo de poner fin a mi vida. Viviremos al límite. En la fina línea que divide la felicidad extrema de la depresión profunda, una línea que algunos ilusos llaman amor. Aunque sé que nada de esto sucederá, porque en mi corazón solo hay hueco para una persona. Y, lamentablemente, el puesto de dueño de mis pensamientos aún está ocupado por alguien que debería haberse ido hace mucho tiempo de mi mente, pero que todavía sigue rondando por aquí. Ojalá pudiera atarme a ti, aunque yo ahora mismo no quiera. Pero sé que sería una de las mejores formas de borrar por completo a alguien por quien nunca debía haber perdido más de dos minutos de mi preciado tiempo. Alguien que debió ser olvidado a los cinco minutos de traicionarme.

#. Despertarme y echarte de más.

Deberías darte cuenta de que a él no le preocupa que te marches, ni que le mientas, ni que mires a otros. No le importa que le digas que te olvide, porque sabe que tú nunca podrás olvidarle a él. No le importa que te pases las noches llorando, pensando en lo que pudo haber sido y no fue. Y aunque te esfuerces en olvidarlo aún recuerdas el roce de su piel, su mirada, su sonrisa, cada '¿qué estará pensando en este momento?', hasta echas de menos esos te quieros, aún cuando sabías que eran falsos... no se te van de la cabeza. La verdad es que ya no sabes ni lo que sientes, si lo quieres o lo odias, si lo extrañas o no lo quieres ver. Es tanto el tiempo que llevas queriendo olvidarle, que lo único que has hecho es recordarle.

sábado, 12 de mayo de 2012

#. Mejor reírse, es lo más serio.

Hablan de amor, hablan de amar. Hablan de quererse, de nunca olvidarse. Se prometen cosas imposibles, se dicen te quiero al oído. Pasean de la mano, sonríen cuando se miran. Funden sentimientos, sueñan despiertos y duermen soñando. Llamadas perdidas, miradas encontradas. Sentimientos que buscan dueño, personas que buscan ser sentidas. Manos explorando, pasiones exploradas. Echarse de menos, quererse de más. Reacciones químicas recorriendo entera su anatomía, redacción de la historia más bonita del mundo. Cuerpos fundidos, corazones latiendo a contracorriente. Sueños construídos, deseos que al fin y al cabo, acaban siendo inalcanzables. Verse de nuevo, deseo que no se sabe si se debe desear...

domingo, 6 de mayo de 2012

#. No tengo ningún problema con el silencio siempre y cuando lo uses para besarme.

Para esta vida me pido al chico de las cinco sonrisas, el del corazón enorme y la transparencia por bandera. El que me cuenta la historia de cada cicatriz y los motivos hasta que se decide a decir un te quiero. El que hace que todo vuelva a ir bien solo con el sonido de su risa. El que me escucha aún cuando hace horas que debería haberme dejado tirada, el que me pica solo por la satisfacción de que vaya tras él a buscarle. El que provoca que no pueda estar más de cinco minutos enfadada con él y con el resto del mundo cuando me mira con esa cara. El que hace que cada palabra, cada verso de esos poemas de amor que tan poco le gustan, cobre un nuevo significado con su voz. El que sabe perfectamente donde está el boton 'on' de mi risa y el momento justo en el que tiene que pulsarlo para evitar que todo a mi alrededor se hunda. El que me ha hecho una total experta en eso de jugar al tres en raya con sus lunares. El que es más que un 'mucho', un 'todo', más que toda esa mierda de 'para siempre'. El que me entiende con una mirada, el que me echa en falta aún cuando no le estoy haciendo caso a posta. Aquel que me derrite con su olor, con los pasos de baile que se marcan sus manos por el papel, con cada parpadeo con el que espera que le conteste mientras yo no puedo ni moverme por esos escasos cinco centímetros que me separan de su piel. Me lo pido para esta vida, discuto con las estrellas fugaces para que cumplan mi deseo, soplo pestañas díscolas para que se haga realidad. Para que un día te des cuenta de todo lo que has tenido siempre junto a ti.

#. Tratar de olvidar a alguien es querer recordarlo para siempre.

¿Y si tengo que olvidarte? ¿Y si tengo que darte por perdido? Porque ¿sabes qué? Esto de luchar está muy bien para los fuertes, y es precioso todo eso que dicen de no rendirse nunca. ¿Y si te digo que yo ya no puedo más? ¿Que ya no tengo ánimos para inventar cada día nuevas tonterías para ti? ¿Que ya me es imposible pensar en ti sin que el dolor me abrume? Que no, que no tengo fuerzas para seguir luchando, que ya me cansé de no encontrar respuestas, de no entender nada. Que ya está bien. Que sí, que sé que me va a doler y en mi cobardía preferiría darle al botón de avance rápido, para pasar estos angustiosos días de espera, de incertidumbre, y poder ver todo esto como algo ya pasado que me hizo daño, pero que superé y que para mí ya está cerrado. Y mientras seguiré intentando no saludarte, no hablarte, dejar de pensar en ti; para que por una maldita vez seas tú el que se arrastre y demuestre algo.

#. Suelo olvidar los errores que cometo. Esto... ¿cómo era tu nombre?

Es increíble cómo cambia todo en días, incluso en segundos. Sentimientos rotos, palabras negadas y sueños sin futuro. Es prácticamente imposible dejar de sentir tan de repente, dejar de tener esa necesidad de hablar, de escuchar su voz. Es raro quedar un día bien y al siguiente, quedar como extraños. Y sí, esto lleva su tiempo así, pero ¿sabes? No me acostumbro. No. Porque me resulta más que extraño toda esta mierda, ahora todo es tan diferente, pero a la vez tan real. Lo peor es que solo me resulta raro a mí, lo más gracioso es que aquí solo pierdo yo. Que parece un maldito juego en el que solo había un ganador, y está claro que esta vez no me tocó a mí.

jueves, 3 de mayo de 2012

#. Hoy es el primer día del resto de mi vida, porque desde hoy creo que lo más importante en la vida es saber volar sola.

No puedo decir que ahora mismo esté bien. Y mucho menos que mañana no vaya a hundirme de nuevo. Porque yo tampoco puedo controlar lo de que tú decidas sonreírme una vez más, no puedo prometerme que dejaré de seguir con la mirada esos pasos que se alejan de mí. Y es que, ¿qué se puede hacer si tus latidos están codificados según su corazón? ¿Qué se puede hacer si te gustaría regalarle cada palabra y él está más ciego que cuando tú le enseñaste a ver? ¿Qué se puede hacer, cuando lo único que deseas es vivir en el pasado, dormirte sabiendo que lo primero que sentirás al día siguiente son sus manos revolviendo tu pelo? ¿Qué puedes hacer tú, qué puedo hacer yo si esos ojos oscuros que me miraban tan ilusionados se han mudado a mi retina y no me permiten ver otra cosa? ¿Qué se puede hacer si ya has escrito tanto, si ya has llorado tanto que en ocasiones piensas que te ha dejado vacía, pero que solo puedes agarrarte a él? ¿Qué se puede hacer, cuando lo mucho que lo quieres ya no te cabe dentro y necesitas gritarlo porque ya no aguantas más? Que alguien me explique qué diablos se puede hacer si, a pesar de que él ya te haya fallado de todas las formas posibles, habidas y por haber, tú te niegas a olvidar, a dejar que los recuerdos vuelvan por donde vinieron, solo para no perder lo que, en realidad, nunca tuviste.