martes, 26 de marzo de 2013

#. No es que no te crea. Es que todos dicen lo mismo. Y al final nadie dice nada.

No quiero tirar de recuerdos para seguir sonriendo, o tener que escuchar insistentemente esas tres o cuatro canciones que me recuerdan a ti. No quiero volver a sentir eso dentro de mí si no estoy segura de que esta vez no me daré de bruces, no quiero regalar malos gestos a las personas que menos se los merecen. No quiero cerrar los ojos y recordarte, verme ahí contigo, sentada en un rincón de no importa qué sitio o qué día. No quiero necesitar tu olor para poner un pie sobre la tierra. No quiero tener que encorsetar mi felicidad a tu presencia. No quiero que mi estado de ánimo dependa de las veces al día que me has sonreído. No quiero que seas el único capaz de hundirme y el único que consiga que todo vuelva a ir bien sólo con una de tus bromas. No quiero seguir aguantando decepción tras decepción sólo porque seas mi único motivo de seguir viva. No quiero perdonarte una y otra vez por el simple hecho de que no puedo aguantar dos días sin hablar contigo. No quiero volver a caer en ese agujero, en ese hueco en el que una vez que te dejas llevar resulta prácticamente imposible salir por tus propios medios. Simplemente no quiero necesitarte.

sábado, 23 de marzo de 2013

#. Me sonrió diciendo que todo estaría bien. Estaba allí conmigo. Las cosas ya estaban bien.

Una vez más, me tocó ir a por ti. Me tocó salvarte el culo, y todo para que fueras feliz con alguien que no era yo, claro. Sé que no lo sabes, pero no lo hice para que me dieras las gracias y sintieras que tenías que estar atado a mí durante más tiempo hasta que me devolvieras el favor. Lo hice porque de lo contrario no me hubieras perdonado nunca ser la causante de tu tristeza. Y yo tampoco.
Así que allí estábamos, frente a frente, como si de una partida de ajedrez se tratase. Aguantándonos la mirada, por fin podría decirte todo lo que pensaba de ti. Y lo hice. Y lloré y lloré. Como todas las noches que murieron después de que te fueras. Y sentí rabia e impotencia. Y ganas de irme, de dejarte allí, para que tú también sufrieras. En ese momento me tocaba a mí, era yo la que tomaba las riendas y tú el que era domado. Sabías que tenía razón y no hiciste nada para impedir que me fuera. "Márchate"- me dijiste - "no me merezco que sigas aquí conmigo, cualquier lugar para ti ahora sería mucho más bonito".
Yo podría haber huido, podría haber salido corriendo. Pero me quedé pensando que allí donde hay alguien a quien se quiere muchísimo y donde hay alguien que te quiere de veras, ese sique es el lugar más bonito del mundo.

martes, 19 de marzo de 2013

#. No es que los martes ya no tengan gritos, somos nosotros los que no tenemos razones para titilar en la nuca del otro y decir: 'vete, no me importa(s)'.


Cuentan que se te ve en la cara, que piensas en ellamucho más que en mí
Dicen que lo saben porque se te quedaron borrachas las pupilas, y yo nunca te di motivos para sacar el ron. 
Yo nunca fui suficiente (pero no dejé de intentarlo y quizá ese fue el problema). 
Podría haber querido al chico de las 'once menos veinte', al primero que me hizo cosquillas sin hacerme daño, al único que me llamó guapa y consiguió que yo me lo creyera. 
Pero tuve miedoTuve miedo de que tú me vieras besando a otro
Tuve miedo de que tú me quisieras tanto, que encontrar en mí marcas de otras lenguas, te astillara las arterias (sobre todo la que lleva mi nombre). 
Tuve miedo y por eso olvidé su número. Tuve miedo y tengo miedo
Por eso renuncié a ser feliz, porque de vez en cuando pienso que erosionarme contigo es mejor que tallar sueños en algún banco con otro, que no signifique tanto como tú, que no me haya dolido en tantos textos, ni en tantos octubres.

domingo, 17 de marzo de 2013

#. Quería quererte, quererte como a nadie.

El amor es una cosa simple. 
Y así es. No hay más: cuando no sabes lo que es, es amor. 

El amor no son mil estados dedicados en Tuenti, millones de fotos juntos ni gritarle a todo el mundo lo que sientes. El amor es un buenos días cuando sabe de sobra que has pasado una mala noche. El amor no es besarte delante de todo el mundo, ni decirle mil veces al día que lo quieres. El amor es descubrir que te quiere por cómo te mira, por cualquier detalle, incluso por una sonrisa, es saber que te ama y te lo demuestre siempre, pero te lo diga cada vez que lo necesites recordar. El amor no es recitar sonetos, poesías o textos bonitos de memoria. El amor es ser sincero con la otra persona aunque a veces duela. El amor no es un 'me pones'. El amor es un 'me encantas'. El amor es lo esencial, el sexo sólo accidente. El amor no es decir 'te echo de menos' treinta veces al día. El amor es un 'necesito verte' una vez y que antes de que te des cuenta ya lo haya hecho. El amor no es dejar de hacer planes porque has quedado con tu chico. El amor es ser el sitio al que te gusta volver todos los días. El amor no es un 'me he cansado de ti y de tus tonterías'. El amor es que tenga ganas de verte y sepa con toda seguridad dónde estarás cuando vaya a buscarte. El amor no es aguantar que te suelte una parrafada cuando está preocupado. El amor es que no dejes de quejarte y siempre te escuche aunque tenga problemas peores. El amor no es echar cada defecto en cara en una discusión. El amor es callarte todo lo malo porque las cosas buenas lo compensan. El amor no es llorar y hacer notar a todo el mundo que estás mal porque lo que has hecho no tiene perdón. El amor es no tener que decir nunca lo siento porque cuando hay amor todo se perdona. El amor no es una mención en Twitter y que lo vea todo el mundo. El amor es cuando te mira y el corazón se te para a la vez que te late deprisa. El amor es cerrar los ojos cuando te cruzas con él para así sentir sólo su olor. Es recordarle y sonreír. Es mirarle y suspirar. Y hacer todo esto disimulando para que no se entere nadie de lo tonta que puedes llegar a parecer. El amor no es estar todo el día juntos. El amor es sentir que aunque no estéis juntos físicamente, os sintáis a salvo. El amor es que se te enciendan los ojos sólo por saber que los dos estáis en la misma habitación. El amor no es obligarle a volver. El amor saber que vendrá y esperar por ello siglos. Es esperar día sí día también que aparezca por esa puerta cuando sabéis que ambos estáis lejos. El amor no es dar ánimos. El amor es ser la fuerza de la otra persona cuando ésta ya se ha quedado sin ellas. El amor no es decir 'sonríe'. El amor es hacerte reír. Es procurar que tú estés bien porque si no lo estás yo me hundo. El amor no es darte las buenas noches. El amor es producírtelas. El amor no son dudas, miedos y arrepentimientos. El amor es sentir que nada de lo que haces es perder el tiempo. El amor no es el temor de que algún día el amor se acabe. El amor es querer que todo sea para siempre tal y como está. El amor no es '¿donde siempre, cuando siempre?'. El amor es que aunque a los demás le parezcan todos los días iguales, siempre se le añadan detalles que rompan con la rutina. El amor no es olvidar una vez todo haya acabado. El amor es amar, incluso después de haber amado. 

Y al final... el amor que recibes equivale al amor que haces.

sábado, 9 de marzo de 2013

#. No te mentí cuando te dije que iba a pensar en ti para siempre.

¿Sabes qué? Hoy es mi cumpleaños. Y te lo digo porque dudo que tú lo sepas, si no es porque Tuenti te lo indica, y quién sabe dios si te has dignado a mirarlo siquiera. Sin embargo yo... yo siempre me acuerdo del tuyo. ¿Te acuerdas de mi última felicitación? Dijiste que había sido la más especial de todas. ¿Por qué mientes? ¿Por qué me haces creer que soy especial? Deberías hacerte actor, porque realmente no conozco a nadie que finja que le importo mejor que tú. Y como ya he dicho, hoy es MI día. Mío. Y cómo no, el único artista principal en mi mente eres tú. Incluso hoy, no hay nadie más importante para mí que tú, nadie con quien yo quiera celebrarlo. Sin regalos, fiestas, ni fotos. Sólo tu sonrisa y unas cuantas bromas de las que sabes que me gustan. Porque hoy, hoy... No tengo ganas de nada. De nada que no seas tú. Y tú eres lo más inalcanzable. ¿Cuántas veces me habré muerto de rabia y de envidia al pensar que esas manos son las que la acarician a ella? ¿Cuántas, por Dios, cuántas veces habría entregado mi alma al diablo sólo porque cada palabra te recordara a mí al escuchar esa canción? ¿Cuántas veces habré caído en la cuenta de que soy YO la que te entiende, la que sabe cómo te muerdes el labio y cómo se te forma esa linda arruguita en la frente cuando algo te preocupa? ¿Cuántas veces habré llorado de la impotencia de saber que no hay que hacer, que tú estás ciego? ¿Cuántas veces me habré hundido cuando dejas de hablar conmigo por saber a ciencia cierta que no la cambiarías por nadie? ¿Cuántas veces habrás sido tú la razón de que me haya venido abajo y el único motivo para sonreír otra vez con tan sólo volver a verte? ¿Cuántas, pero cuántas veces he sentido que necesito más besarte que respirar? ¿Cuántas veces habré intentado olvidarte, para darme cuenta luego de que nada se compara a ti? De que no hay nada, de que no hay nadie que me llene de la manera en que tú lo haces. Que quizá ya no valga la pena intentar ocupar ese hueco con otros, si lo único que podría ocuparlo es imposible de alcanzar.

#. A veces bebo para olvidar que no lo olvido.

Ya no sé si es que ayer no llovió como debería haberlo hecho o que ya se siente muy lleno el cupo de imbecilidades que aguanto. Quizá haya contribuido a que ahora tenga como objetivo en mi cabeza el golpe que me pegan otras personas, quizá si sólo tuviera que lidiar con tus tonterías hubiera aguantado un par de meses más. Realmente, el motivo es lo de menos. Lo importante es desvincular mi felicidad d las veces que me has sonreído de esa manera en todo el día, de ser capaz de centrar mi atención en otras cosas. Porque hoy (mañana quién sabe qué pasará) estoy segura de que es imposible que seas el único maldito ser en el mundo que me llene de esa manera. Que tiene que haber alguien ahí fuera que logre mirarme así, que consiga hacerme sonreír como una tonta. Que tenga sus defectos, sí. Pero que entre ellos, si no es mucha molestia, no se encuentre la bipolaridad. Porque, ya lo he dicho, quizá sea a causa del tiempo, pero hoy estoy decidida a olvidarte, a fingir que puedo vivir sin ti. ¿Que si tengo alguna esperanza? Tal vez. Enamorarme perdidamente de alguien como me enamoré de ti, sin pensar en las consecuencias. Que llegue el día en que pueda cantar aquello de: 'Ya no recuerdo cómo se llama, ni dónde vive, y ¿saben qué? Ni me interesa'.

lunes, 4 de marzo de 2013

#. Cuando te conocí pensé: 'es lo mejor que me ha pasado en la vida', cuando te olvidé pensé igual.

Quizás ahora no te eche de menos, ahora que ambos estamos lejos. Pero sé que con el tiempo lo haré. Cuando te vea pasar por mi lado y observe que ni siquiera nos miramos, me dolerá. Te veré hablar con otra y pensaré que no te merece. Me dolerá no volver a escuchar tu voz, no quedar contigo, no sentir tu olor, pasar por aquel lugar donde todo empezó, ver las fotos de aquella noche, escuchar esa canción. Me dolerá recordarte. Sí, lo admito, te echaré de menos. Pero sólo hasta que venga alguien que realmente me quiera y borre de mí tu dolor. Entonces, cuando llegue ese momento, te echaré de más.

viernes, 1 de marzo de 2013

#. ¿Sabes lo que pasa? Que cuando te dije que ya no iba a estar esperándote siempre, te diste cuenta de que habías perdido algo. Y eso es lo que no soportas.

Llego y ya no estás. Es como una batalla sin final en la que sabes que nada va a cambiar. Siempre sale igual, siempre así de mal. Me dicen que no siempre las cosas salen como habíamos planeado, y tú siempre fuiste ese ejemplo. Te das cuenta de que todo se te ha ido de las manos cuando escondes tus lágrimas cada noche por culpa de alguien que te importa de verdad. Cuando tienes quince años, hay pocas cosas en tu vida que destaquen por su importancia, y cuando una de esas cosas importantes de verdad se rompe, da igual que pasen horas, días, meses o incluso años. Siempre lo tienes presente, en mayor o menor medida. He oído por ahí que nada se pierde si no se olvida. Y me he alegrado al descubrir que yo no voy a perderte nunca. Por mucho tiempo que pase. Por mucho daño que me haga su nombre en tus labios. A veces, aprendes a sonreír recordando momentos, en cambio otras, duele como si hubiera sido ayer. Pero supongo que eso pasa con todo, acostumbramos a una parte de nuestro corazón a esa persona, y cuando se va, nunca lo acepta, siempre encuentra excusas para volver a caer. Y duele. Sobretodo cuando se rebela para mostrarnos que esa persona, sea cual sea el tiempo que estuvo en nuestro corazón, dejó huella.