jueves, 30 de abril de 2015

#. De la magia sólo sé que es algo nuestro.

Me estás malacostumbrando. Has conseguido que dejarse llevar por la alegría sea lo más fácil del mundo, lo que siempre evité para que la caída fuera menor cuando todo dejara de ir bien. No es sólo que haya encorsetado mi felicidad a tu presencia, es que ahora también mi tranquilidad, mi seguridad, mi confianza en mí misma dependen del número de veces que me has abrazado hoy, de la cantidad de palabras que me has susurrado al oído. Me estás malacostumbrando a eso de sonreír a todas horas como una tonta, y me he dado cuenta de que no querría dejar de hacerlo nunca. Que yo soy la que te entiende, la que te conoce casi a la perfección, la que ha aceptado tus pequeños defectos por considerar tus virtudes lo más especial que he visto nunca reunido en una sola persona. Que a veces siento que te quiero tanto, que pienso que jamás nadie ha querido a nadie como yo a ti. Que cuando estoy a tu lado soy como un satélite, que todas mis terminaciones nerviosas están más pendientes de tus latidos que de preocuparse de si sigo respirando. Que por mucho que lo oculte, por mucho que lo niegue, tú eres la más perfecta mala costumbre.