miércoles, 1 de enero de 2014

#. Nunca me has dejado de doler.

Mi 2013 empezó buscando al chico de la sonrisa perfecta y acabó esperando que no lo encuentre nadie. Ha compartido con cinco hermanas botellas de ron para curar las heridas. Ha dormido con un chico al que no le ha hecho el amor y quiso hacerle el amor a un chico con el que aún no había dormido. Se emocionó cuando vio que su mejor amiga cumplía un sueño muy pequeño y se emocionó con el poema de un tío con un trastorno mental y se sigue emocionando cada vez que habla de su gente. Mi 2013 podría haber tenido un nombre propio, podría haber sido el principio de todo, podría haber sido el 'y a partir de entonces no necesité nada más'. A mi 2013 le hubiese encantado bajar las persianas todas las noches del año. Pero no lo consiguió. Consiguió leer más que nunca y ver más series que nunca y volver a ver las mismas películas de siempre. Mi 2013 se tatuó tres puntos suspensivos y logró olvidar que no podía olvidarle. Está orgulloso de toda la gente que está dispuesta a leerle y le acojona toda la gente que está dispuesta a leerle. Mi 2013 me ha hecho ser mejor. Ha sido feliz sólo por ver feliz a la gente que tiene cerca. Mi 2013 va a ser el primero de todos esos años que algún día diré que fueron la hostia. Y sigue manteniendo la esperanza de que alguien llame de madrugada y acaricie las sábanas que aún no se han terminado de secar por las lágrimas. 
En realidad, mi 2013 lo único que ha hecho fue buscar excusas para no echarte de menos. Y ya ves que no lo ha conseguido. Y ya ves que ahora ya le da igual.