miércoles, 9 de noviembre de 2011

#. No estoy segura de lo que sentía & lo cierto es que no quiero saberlo, las cosas buenas no hace falta entenderlas.

Se superponen las ganas, los sentimientos o, mejor dicho, las malas sensaciones. Se superpone el miedo, pero para protegerte recurres a esa vieja coraza, total, siempre es igual & esta vez nada te va a pillar desprevenida. Se superponen las ganas de querer & que te quieran. Se superponen los lo siento, & los besos locos. Se superpone la rabia, la impotencia & las ganas de encontrar por una vez la felicidad. Todo se va superponiendo, poco a poco las cosas del pasado se quedan ahí, & encima de ellas se van construyendo cosas nuevas. El problema viene cuando percibes que el presente se asemeja en forma & contenido al pasado más de lo que debería, & te entra el pánico, & descubres que estás cansada de que sea siempre lo mismo & de llevarte una idea equivocada de lo que es la felicidad. Porque nunca la has tocado con la yema de los dedos. Maldita felicidad. Es tan relativa, & nosotros, al menos yo, tan caprichosa, que somos incapaces de buscarlas en pequeñas cosas. & así me pasa, que acabo una mañana del nueve de octubre tirada en la cama sin saber qué hacer ni qué empezar a buscar.