jueves, 19 de julio de 2012

#. Hoy se marchó una luz de la tierra, pero brillará en el cielo.

¡¡Hola abuelo!! Quizá te extrañe que te escriba hoy, ya que te escribí hace tan solo unos días. Pero es que tengo una noticia que darte: hoy abuela, te echaba tantísimo de menos, que se marchó a verte. Fue tan rápido, yo no lo esperaba, es más, no me dio tiempo a despedirme. Por eso quería que le dijeras unas cuantas cositas de mi parte, para que sepa lo mucho que la quiero:
Dile que fui afortunada de conocerla, que me ha enseñado cosas que nadie sabe. Dale las gracias por haberme tenido en su casa todo el tiempo que necesité y darme todas las cosas que podía. También gracias a ti, claro. Con vosotros las mediodías eran mi parte favorita del día. Dile que gracias por enseñarme esas canciones, ya nadie las recuerda, pero dile que no se preocupe, que aunque ella ya no esté, yo seguiré cantándolas como me enseñó, para que nunca se pierdan. Dile también que la quise mucho, que la quiero mucho. Que me gustaría que pasárais otra nochevieja con nosotros, y poder bailar hasta tarde, todos, juntos, siempre. Pero no estáis, y yo no puedo hacer otra cosa que echaros de menos.
Abuela... ¿cómo puedo decirte lo que has significado para mí desde que nací? Todas las palabras se quedan pequeñas para agradecerte todo lo que has hecho por mí. Las risas, los llantos, los momentos difíciles en los que siempre me enseñabas que debíamos ver esa pequeña luz. Hoy ya no estáis aqui. Y seguir sin vosotros duele. Pero sé que donde quiera que estéis os sentiréis orgullosos de mí, cuando hablen de vosotros, cuando mencionen vuestros nombres y yo levante la cabeza bien alto diciendo: sí, así eran mis abuelos, las personas más maravillosas del mundo. Os quiero muchísimo, infinita, sincera y eternamente.

PD. No os preocupéis, no habéis muerto. Vosotros viviréis mientras yo viva. En mi recuerdo. Siempre. Aquí dentro.