sábado, 17 de noviembre de 2012

#. No importa cuánto lo intente, jamás seré capaz de mirarte y no sentir nada.

No te hace falta tener oídos, ni ojos, ni boca, ni manos, ni mente para creer una mentira. Sólo hace falta querer al mentiroso. Lo que veas, oigas, y te digan te da exactamente igual. Porque el corazón es el único órgano que actúa independientemente al resto, sólo se obedece a sí mismo. Y aunque se equivoque, siempre sigue latiendo...