viernes, 9 de noviembre de 2012

#. Si fue feliz quien os tuvo en la tierra, ¿quién no ha de serlo teniéndoos allá en el cielo?

No estoy sola cada día cuando despierto, vosotros estáis ahí, os miro y me sonreís. Si yo estoy débil o agobiada, vosotros estáis detrás de mí, os miro y me sonreís. Cuando tengo un mal día corro a casa y llorando entro en el salón, vosotros estáis dentro, os miro y me sonreís. Otras veces antes de dormir os cuento cosas, os digo lo mucho que os quiero y vosotros no habláis, únicamente os miro y me sonreís.
Yo haga lo que haga, siempre que os miro me sonreís, por eso me gusta miraos. Hay días que me paso un montón de tiempo mirando vuestra sonrisa para ver si se borra, pero nunca lo hace.
Cuando más lo necesito, intento tocar vuestro rostro, y cada vez que lo hago una fina lágrima cae y ensucia el cristal del marco, entonces cojo vuestra foto, la dejo la mesita del salón y me voy, porque sé que así cuando vuelva a entrar, vosotros estaréis ahí, os miraré y me sonreiréis.