sábado, 9 de marzo de 2013

#. No te mentí cuando te dije que iba a pensar en ti para siempre.

¿Sabes qué? Hoy es mi cumpleaños. Y te lo digo porque dudo que tú lo sepas, si no es porque Tuenti te lo indica, y quién sabe dios si te has dignado a mirarlo siquiera. Sin embargo yo... yo siempre me acuerdo del tuyo. ¿Te acuerdas de mi última felicitación? Dijiste que había sido la más especial de todas. ¿Por qué mientes? ¿Por qué me haces creer que soy especial? Deberías hacerte actor, porque realmente no conozco a nadie que finja que le importo mejor que tú. Y como ya he dicho, hoy es MI día. Mío. Y cómo no, el único artista principal en mi mente eres tú. Incluso hoy, no hay nadie más importante para mí que tú, nadie con quien yo quiera celebrarlo. Sin regalos, fiestas, ni fotos. Sólo tu sonrisa y unas cuantas bromas de las que sabes que me gustan. Porque hoy, hoy... No tengo ganas de nada. De nada que no seas tú. Y tú eres lo más inalcanzable. ¿Cuántas veces me habré muerto de rabia y de envidia al pensar que esas manos son las que la acarician a ella? ¿Cuántas, por Dios, cuántas veces habría entregado mi alma al diablo sólo porque cada palabra te recordara a mí al escuchar esa canción? ¿Cuántas veces habré caído en la cuenta de que soy YO la que te entiende, la que sabe cómo te muerdes el labio y cómo se te forma esa linda arruguita en la frente cuando algo te preocupa? ¿Cuántas veces habré llorado de la impotencia de saber que no hay que hacer, que tú estás ciego? ¿Cuántas veces me habré hundido cuando dejas de hablar conmigo por saber a ciencia cierta que no la cambiarías por nadie? ¿Cuántas veces habrás sido tú la razón de que me haya venido abajo y el único motivo para sonreír otra vez con tan sólo volver a verte? ¿Cuántas, pero cuántas veces he sentido que necesito más besarte que respirar? ¿Cuántas veces habré intentado olvidarte, para darme cuenta luego de que nada se compara a ti? De que no hay nada, de que no hay nadie que me llene de la manera en que tú lo haces. Que quizá ya no valga la pena intentar ocupar ese hueco con otros, si lo único que podría ocuparlo es imposible de alcanzar.