martes, 15 de abril de 2014

#. Que me da igual, pero que sea mentira. Que no te hable, pero que no te olvide. Que no. Que nada.

Seguramente cualquier día de estos cogeré un bolígrafo y una hoja en blanco y escribiré con caligrafía clarísima: Ya no te quiero, o incluso: Te he olvidado. Escribiré que ya no me dueles, escribiré que ya no te espero. No sé si servirá de algo, pero te diré que ya no recuerdo el color de tus ojos, el olor de tu cuello, las cosquillas por las noches, o los fuegos artificiales de mi corazón cuando te acercabas. Llenaré la hoja en blanco de felicidades, de vivo tranquila sin pensar en tus manos, de duermo cada día sin pensar en tu pecho, de respiro libremente sin pensar en tu voz. Escribiré que ya no busco tu cara en las calles cada vez que salgo de casa, en la cafetería ni en los libros de poesía; que no impregno de ti todos los pañuelos, que no te lloro sobre la almohada. Escribiré que ya no me faltas. Escribiré todo esto y estaré escribiendo mentiras; porque sólo te habré olvidado cuando coja un bolígrafo y una hoja en blanco y no seas a quien escriba.