sábado, 18 de agosto de 2012

#. Y luego te dicen que des gracias por estar vivo, y que pongas tu mejor sonrisa, esa que ni siquiera ellos saben fingir.

No me ocurre absolutamente nada, de hecho llevo unos días preocupada porque no me hallo dolor alguno. Ni siquiera me dueles tú, que me dueles siempre. El caso es que he estado pensando en la muerte, y en la soledad, en tres perros abandonados ladrándole a mi sombra. He pensado en acantilados, en farolas fundidas, y en el mar. Tú bien sabes que cuando pienso en el mar, te apoderas cruelmente de todas mis neuronas. Pensé en la lluvia, en chicos morenos con sudaderas azules, en redes sociales esperando una señal de vida tuya. Estoy segura de que la muerte tiene los ojos marrones y huele a perfume de Playboy. Pensé en el número ilimitado de huellas que nunca llegaron a su destino, en aeropuertos y estaciones que se perdieron todo el amor que nos cabía en un abrazo. Pero sobretodo pensé en el silencio, y fue entonces cuando tuve miedo. Y la realidad es que no me ocurre nada, pero lo mismo me muero mañana y quizás a ti aún te quedaban cosas que decirme. Y eso créeme desamor mío, sique sería una putada.