jueves, 26 de abril de 2012

#. Diles que no estás triste ya, que solo resistes.

Echarte de menos. Recuerdos. Escuchar canciones dedicadas, románticas, olvidadas. Lo que no he olvidado es llorar. Lágrimas, ríos de sentimientos que nacen en el corazón y desembocan en los ojos. Qué bonito era todo. Mentiras. Verdades a medias. Ilusiones de adolescente. Sueños sin futuro. Esperanzas que se esfumaron veloces como llegó el otoño. Frío. Hojas marrones. Más llanto. Heridas cicatrizando que nunca llegarán a sanarse. Viento y mejillas rojas. Castañas asadas. Tacones, fiestas y alcohol. Felicidad aparente: sonrisa en la cara y brechas en el corazón. Tranquilidad. Olvido. Si hasta dejó de doler. Fracturas abiertas. Deportes arriesgados. Mensajes baratos; conversaciones, discusiones que no querían ni empezar ni acabar. Muchas palabras. Te quieros que dolían más que las mentiras. Enfados. Dudas. Más lágrimas y menos cordura. Caminar, como una funambulista, entre el amor y el odio. Cúmulo de sentimientos. Contrarios e incomprensibles. Largas historias. Quizás juntos o tal vez separados. Hemos formado parte de lo mismo y eso, quieras o no, a los dos nos dejó marcados.