lunes, 30 de abril de 2012

#. No intentes convertir tu vida en un cuento de hadas, porque al final las perdices te las terminas comiendo sola.

Pensó en la pregunta y llegó a la conclusión de que si habían transcurrido años desde la última vez que oyera a alguien pronunciar aquellas palabras, seguramente la respuesta era que no. No estaba bien. Estaba cansada de abrazar almohadas, de confiar en las mantas para darse calor y de revivir momentos románticos en sueños para que luego no se hagan ralidad. Estaba cansada de tener que esperar que cada día pasara más rápido para pasar al siguiente. De esperar que fuese un día mejor, un día más fácil. Pero nunca lo era. Cada mañana la carga que pesaba sobre sus hombros era mayor, cada mañana deseaba que anocheciera cuanto antes para poder regresar a la cama, abrazarse a su almohada y envolverse en el calor de sus mantas.