miércoles, 4 de abril de 2012

#. A veces le pregunto a mi consciencia si después de tanto amar, uno pierde la cabeza de verdad.

Ya no queda nada; ni principio, ni final. Nada. Solo ausencia mezclada con un toque de indiferencia. Dicen que el tiempo lo cura todo, pero yo creo que el tiempo solo sostiene el dolor, lo mete en un rincón de tu memoria, & el día menos pensado lo saca a la luz. En realidad el tiempo es una mierda, se va consumiendo, hace la distancia & hace el olvido, te hace sentir viejo, & te hace sentir que no lo aprovechas lo suficiente. Me gustaría congelar un reloj, pararlo en un instante que para mí significara algo, & quedarme estancada ahí, como esos mosquitos que viven millones de años en ámbar & luego vuelven a nacer. Me gustaría volver atrás, no porque considere que me equivoqué, sino para volver a revivirlo. Supongo que tengo razones para pedirle al tiempo que se paralice & me deje viajar en él, & cambiar ese momento, ese instante... & sin embargo, no lo haría, ni aún sabiendo lo que después se me iba a avecinar. Inexplicablemente, lo sigo sintiendo, sigo estancada en aquel verano travieso, sigo sumergida en mis propios recuerdos, & embriagada de restos de rabia e impotencia. Cierro los ojos & sigo viéndote, sigo pensando que algún día esto cambiará, pero ni siquiera sé si lo deseo, quizá eso solo sea una forma de agravar mi impotencia al tenerte delante. Tiempo, párate. Párate que yo me bajo. Cada día es peor, cada día me siento más lejos de todo lo que me hacía sonreír, & no estoy preparada para derramar más lágrimas. Detente, por favor, quiero quedarme estancada aquí, quizá no sea el mejor momento ni el mejor lugar, pero tengo la sensación de que mañana será todavía peor.