miércoles, 4 de enero de 2012

#. No soy mentirosa, soy protectora de sentimientos.

Que yo sé todo eso. Conozco sus mayores sueños & lo que le da miedo aunque lo niegue. Esas cosas que no se responden en el test de las cincuenta preguntas, que tienes que pasar su tiempo con él para saberlas. Que sé cuando habla en serio, cuando se está quedando conmigo & cuando se está hundiendo todo aquello en lo que creía, solo por la manera en que me mira & por ver en qué fase de la sonrisa se han quedado sus labios. Que sé cuando es feliz & cuando la echa de menos. Que llevo meses haciendo un álbum de recuerdos con los pequeños detalles sin importancia que para él no significan nada. Que sé cuando se muere de ganas por hacerme sonreír & cuando es él quien necesita que le bailen el agua. Que fue él el que me enseñó lo bonito que puede ser un día de lluvia cuando debajo del paraguas te aguarda un corazón enorme. Que con toda seguridad, él es el único que consigue que me ría en la cara de mis problemas. El único que puede imitar mis gestos, mis manías, sin que me enfade. Quizá porque tenga la sensación de que así me hago un poco más imprescindible para él. Que sobre él se podrían escribir cinco mil palabras & más, que podría hablaros de la forma en que se gira como si estuviera loca, se ríe como si fuera un niño pillado en falta & me mira como si el mundo pudiera acabarse si no lo perdono. Pero nunca seré capaz de explicar qué es lo que siento cuando se acerca tanto a esta costa & llega su olor a sal & cariño, cuando esa risa suena convertida en tono de despertador & esos ojos que he estudiado hasta el más mínimo detalle me hacen creer que están leyendo estas palabras escritas sobre mi corazón. & que razones tenemos todas, pero yo, muchas más que vosotras.