miércoles, 4 de enero de 2012

#. Recuerda: estoy enamorada, no gilipollas.

Somos pájaros, volamos libres desde el momento en que nos enamoramos. Nacemos enjaulados, no sabemos lo que se siente al volar hasta que no viene otro pájaro a abrirnos la puerta. Lo vemos como el pájaro más bello del mundo, siempre lo recordaremos, porque es el que nos abrió los ojos & nos enseñó lo bonito que es el mundo. Echamos a volar, al principio temerosos pero a medida que vamos aleteando, cogemos confianza. Además, tenemos a nuestro lado a alguien que nos guía, ¿qué puede salir mal? Ascendemos juntos, sin miedo, solo mirando hacia adelante & sin calcular los riesgos de una posible caida. Seguimos, seguimos subiendo; sentimos que flotamos en el aire & lo vemos todo perfecto. Peligrosamente perfecto. Hasta que ¡zas! el pájaro que nos dio la libertad se va. Entonces caemos en picado & nos estrellamos. Recuperarse siempre es difícil, pero nunca imposible. Por suerte hay más pájaros en el cielo que nos ayudan a remontar el vuelo, pájaros que nos hacen subir & subir de nuevo, nos enamoramos otra vez... para volver a caer. & luego subiremos, & caeremos... la vida es así. Las alas nunca se nos romperán, porque son mucho más resistentes que nuestros corazones. Siempre sacaremos fuerza de donde sea para volver a volar, ¡no podemos perder el tiempo! Que esta vida son dos días & ya vamos por el primero.