No te imaginas cómo duele. Cómo duele ver que te me escapas de las manos, que te resbalas entre medias de mis dedos. No te haces a la idea de lo duro que es ver cómo poquito a poco todo se acaba. Cómo se difuminan las ganas, cómo se atraganta el deseo, cómo ya solo quedan pedacitos de recuerdos, de lugares recónditos que llevan tu nombre & el mío, como ya no hay nada. Nada más que sonrisas & besos que no existen. No puedes imaginar lo que sorprende ver que ya solo hay atisbos. Atisbo de deseo, atisbo de ilusión, atisbo de sonrisa, & de sonrisas sin son. No. No podrías comprenderlo por más que te lo dijera, no sabes ni siquiera ver que ya solo hay migajas de aquello que un día fue o que al menos intenté que fuera. Pero ya no. Ya he perdido fuerzas, nada más empezar la partida he perdido las ganas. & lo siento, pero cada vez se compra más caro el volverte a ver, & que es verdad eso de que por verte sonreír he vuelto yo a perder. & no. Esto se acabó ya, asumámoslo & pongámosle un final. Recuerdo aquellas voces que repetían incesantes que éramos el futuro menos claro. & sí, quizá llevaran razón. Pero, ¿sabes qué? Que puestos a elegir... a mí me gusta más ser un futuro incierto que un pretérito dolorido.