miércoles, 15 de junio de 2011

#. No me obligues a elegir porque lo elegiré a él, siempre ha sido él.

Un clavo saca a otro clavo. Típica expresión. Más bien, mítica expresión que todo el mundo usa de consuelo cuando, por alguna ridícula razón, estás totalmente enamorada, pillada por él. Sí, él, un chico, un tío, un hombre, llámalo como quieras, el caso es que hay algo en él que hace que te pierdas, que te de esa maldita sensación en el estómago cada vez que te da un abrazo, un beso, cada vez que te sonríe, que te dice que te quiere, cada vez que te roza, a cada momento juntos. Cuando ves que todo progresa perfectamente, ocurre. Sí, todo se rompe, se cae, se van a pique todos tus planes, todos esos besos, esas palabras, todo queda atrás, en el aire. Intentas no llorar, intentas seguir con tu vida, siendo feliz, sonriendo sin darte cuenta de que es imposible. Que le necesitas a él. & cuando pasa esto. ¿Qué te dicen tus amigas? "Tía, pasa de él, es un niñato inmaduro que no te merece, vales mucho más que él, ve a por otro, búscate algo mejor". ¿& qué dices tú? "Ya, pero es que es mi niñato, mi inmaduro, mi imbécil, que aunque no me merezca le quiero, que aunque valga mucho más que él, él para mí vale un mundo, no quiero ir a por otro. ¿No os queda claro que quiero recuperarle?". No, eso nunca queda claro, nunca nadie te entiende, entonces tú, como chica inocente, intentas buscar a otra persona que te llene al menos la mitad que el anterior. Empieza a ocupar algo en tu vida, no imprescindible, pero tampoco prescindible, es algo pequeño pero grande en tu vida. & vuelves a lo mismo, a estar jodida. ¿& ahora qué? ¿Otro clavo saca al otro clavo que sacó al primero? Una mierda. Esa porquería de consejo NO SIRVE. Vivamos en un mundo realista en el que, cuando quieres a alguien, le quieres por encima de todo sin importarte el resto.