martes, 21 de junio de 2011

#. Porque vive en mí tu recuerdo.

Ayer, ayer se acabó todo. Ninguno de los dos dijo nada, pero las horas hicieron que todo estuviera dicho. & hoy, hoy estoy destrozada. Hoy parece que la temperatura ha bajado un par de grados, el frío se mete en mis huesos & no estás tú para espantarlo. & no lo vas a estar nunca, nunca más. Ayer se marcó un antes & un después en nuestra relación, una línea que ya se venía trazando desde hace tiempo, pero que en este, nuestro último día, se convirtió en un océano que nos separa. & hoy, hoy sólo tengo ganas de que vuelva a ser 20 por la mañana & que nada hubiera pasado; no tener en mi mente tu cara decepcionada, tu llamada & tus pasos dirigiéndote a tu coche. Querría hundir la cabeza en la almohada & que me robaran todos nuestros recuerdos. & hoy, hoy le debo sonrisas forzadas a la gente que me quiere, de esas que cuando ellos se giran se convierten en sollozos. Hoy sólo me salva escribir; echar fuera de mí esa voz que me recuerda constantemente: ¿No decías que lo abrazarías hasta el fin de los tiempos? ¿No decidiste que te arriesgarías por él? & siento verguenza, verguenza de mí misma; por haber sido una ingenua, por haber creído en que algo era posible. Sí, hoy siento que un océano nos separa; & me he dado cuenta de que yo nunca aprendí a nadar.