viernes, 23 de diciembre de 2011

#. Elijo no tener sed, si tu saliva está cerca.

Por qué te engañas diciendo que lo has olvidado, que ya no sientes nada por él, que ya no te importa, si en verdad sigues recordando cada uno de sus te quieros, esa cara de idiota que se le ponía al mirarte, esa sonrisa que tanto te gusta. Reconócelo, sigues siendo la misma imbécil que cayó en su juego, la misma imbécil que perdió & la misma imbécil que se engaña para salir de ese hueco de desilusiones creado por él. ¿Sabes por qué sé todo esto?... porque yo también soy otra imbécil.