miércoles, 7 de diciembre de 2011

#. Huye de las tentaciones, despacio, para que puedan alcanzarte.

No. No me vuelvas a llamar tonta. No me dejes entrever ese cariño que dices que me tienes. No me vuelvas a hacer sentir que puedo volar, solo para que la caída me haga más daño. No. No me vuelvas a pedir que me quede un rato más. No vuelvas a jugar conmigo. No. No vuelvas a repetirme esas palabras, las mismas que ella se debe de saber de memoria. No vuelvas a decirme que no te quiero. No. ¡Ni se te ocurra volver a mentirme, a decirme que tú sique lo haces! Quizás ya sabía donde me estaba metiendo, pero permanecía en esta espiral de dolor por sentir de nuevo lo que era estar arriba. No. No me vuelvas a llamar por ese nombre, sé que si lo haces lloraré & esas lágrimas echarán a perder mi máscara de frialdad. No me vuelvas otra vez después de esto, con esa sonrisa en la boca & ese lunar gritando: ¡acércate! No. Estoy harta. ¿Me oyes? Harta. Aclárate. Juro que preferiría que me dijeras que no quieres nada conmigo, aunque eso me dejase rota por dentro, sería el fin de este círculo del que no saldré hasta no tener una razón lo suficientemente lógica para convencer a este estúpido corazón de que eres un maldito gilipollas & nunca cambiarás. Porque ¿sabes? Si te pido que no hagas ninguna de estas cosas, es porque sé que si lo haces volveré a caer. Volveré a perdonártelo todo. & por una puta vez quiero seguir con mi vida, quiero ser feliz con las personas que me quieren & olvidarme de ti. Así que ya sé que te encanta jugar con tu juguete roto, que te encanta saludar de vez en cuando para ver cómo reacciono, pero mucho me temo que a esta muñeca se le acabaron las pilas.