domingo, 25 de diciembre de 2011

#. Tal vez el error más grande de la gente es creer en los demás.

Lo veo. Él es mi nuevo cazador. Estamos echos el uno para el otro, por lo menos hasta que termine la noche. Adoro como se mueve, es el dios de la pista. Me ha visto. Sonríe, mostrando unos dientes perfectos. Me acerco, bailando como nadie me enseñó, de la forma que tantos quisieran. Esa noche yo seré su presa, su animal. Le rozo furtivamente, aunque él ya sabía que esa caricia estaba más que planificada. Se gira, colocándose frente a mí. Soy suya, él es mío. Pone sus manos sobre mi cintura, me guía; es mi lazarillo en esta canción. Bailamos al ritmo de la música, muy pegados, cada vez más. Se acerca el momento. Ya he sido cazada, ahora solo le falta coger su cuchillo & cortarle el cuello al animal. Así que llega lo más esperado. Él se acerca lentamente para primero solo rozar sus labios con los míos, me agarra el labio inferior & tira de él suavemente. & así, su lengua empieza a jugar con la mía, recorriendo todos los rincones de mi boca, creando un baile aún mejor que el que nuestros cuerpos seguían en la pista. Ya estoy perdida; soy como una presa indefensa, he caído en sus garras. ÉL.