viernes, 30 de diciembre de 2011

#. No pido mucho: solo alguien que sea capaz de decirme "no, no lo estás" cuando le jure que estoy bien.

Día de ilusión. Pero no para mí. ¿Sabes? Lo único, el único regalo que nunca podré tener es lo único que me alegraría la cara hoy. Eso, eso que empezó siendo una broma entre nosotros, el primer día que pasamos juntos. El día en el que realmente nos conocimos, porque sí, nos habíamos visto antes pero nunca nos habíamos mirado realmente. Aquello que "me prometiste", que dijiste que sería mi regalo de Navidad. Que pasara lo que pasara, lo iba a tener. ¿Por qué, por qué narices cambian tanto las cosas? ¿Por qué hoy lo sigo esperando como una tonta, aún sabiendo que no te vas a acordar de mí? ¿Por qué sigo esperándolo, como se esperan esos mensajes a las 23:59 de un 31 de Diciembre? & en el fondo me doy cuenta del por qué. Porque significaría para mí, para nosotros; que no me olvidaste, que sigues pensando que es posible. Que nunca dejaste de quererme. Qué bonito sería ¿verdad?