domingo, 25 de diciembre de 2011

#. Que la vida es muy puta, pero nadie tiene huevos a follársela.

Estoy a punto de tirarme. En la azotea de un gran edificio en una ciudad de la que no recuerdo el nombre. Pienso en todos mis sueños, en todas las veces que deseé volver a verte. Amarte. Todos esos días que pasé esperándote, sin saber qué hacer al día siguiente para no romper a llorar por no tenerte conmigo. Odiándote pero a la vez anhelando que tus labios se posaran en los míos. Recuerdo que tenía hasta los días contados para que regresaras. Hay más sueños que nunca llegué a cumplir, como por ejemplo mudarme a París, o besar a alguien bajo la lluvia. Pedimos tantas cosas cuando somos adolescentes...

Miro hacia abajo, desde esta altura la caída será dura. Pero es que mi vida ha perdido el poco sentido que ya tenía, no tengo razones para sonreír ni motivos para seguir respirando. Me asomo más aún, voy a hacerlo. Quiero hacerlo. Eso que llaman instinto de supervivencia (que sería lo único que podría impedir que ahora mismo saltara) se fue contigo. Subo un pie, después el otro. Abro los brazos, cierro los ojos. Tomo aire &... unos brazos cálidos me agarran por la cintura. Estás aquí, como siempre lo has estado. Pero ya es demasiado tarde. & caes... caes conmigo. La diferencia es que esta vez muero feliz, a tu lado. Estaremos juntos para toda la eternidad, como siempre habíamos querido.